¡Tenemos que parar el hate!

En una sociedad tan expuesta a la violencia física, verbal, psicológica, emocional y digital: ¡Tenemos que parar el hate! No puede ser que no tengamos empatía, si bien el respeto debería ser lo que conduzca nuestra vida, es urgente considerar ser empáticos porque nunca sabemos qué está pasando la otra persona y cómo la está pasando.

Le pregunté a chat GPT qué es el Hate y esto me dijo, recordemos que la AI recoge lo que decimos, escribimos, pronunciamos y repetimos en todo en el universo digital incluidas las conversaciones que se quedan en nuestros dispositivos móviles.

La misoginia y el machismo son algunas de las expresiones más apegadas al ‘hate’. Ignorarlo solo nos hace menos empáticos.

¿Qué es el hate?

Cito textual:

«Ah, el “hate”, esa pequeña joya de la comunicación digital que ha evolucionado desde un simple sentimiento humano hasta convertirse en un deporte olímpico de internet. Originalmente, “hate” viene del inglés y significa “odio”, pero en el contexto de las redes sociales y la internet, se refiere a cuando alguien se pone el traje de crítico gastronómico de la vida ajena y empieza a lanzar comentarios negativos, insultos, o ataques contra personas o cosas que, por alguna razón, les desagradan visceralmente».

¿Por qué odiar?

En un mundo repleto de violencia, México el claro ejemplo de ello sobra decir el porqué, sencillamente es inadmisible que cada día haya 10 feminicidios. Sí, a 10 mujeres diario las matan sus padrastros, padres, hermanos, novios, tíos, amigos. ¿Por qué? Por el hecho de ser mujeres. Irracional, ¿sí? Pero cierto.

Más odio que esto no existe. La misoginia y el machismo van muy de la mano. Reeducarnos debería ser una convicción propia sí, pero además un trabajo en conjunto entre la sociedad y los gobiernos, pero no. El gobierno, en general, está ocupado en otros menesteres. No me pregunte cuáles, desconozco. (Aplica para toda la Latinoamérica).

El amor y la empatía deberían ser los únicos vehículos. Las únicas razones de nuestro día a día, pero no. Es demasiado romántico, incluso iluso.

¡Tenemos que parar el hate!

Más que una premisa, aunque suena mucho más a ilusión, debería ser una imposición.

No podemos ir por la vida machacando y mucho menos —odiando— haciendo o expresando hate porque el mundo, el ser humano no está para eso.

Mostrar desacuerdos, incomodidad, diferentes opiniones o puntos de vista es completamente normal, válido e incluso necesario. Porque cada ser humano somos un individuo con experiencias únicas e irrepetibles.

Los odiadores no tienen cabida

Si los replicas eres parte del problema y el tema es que engrandeces y das foco al replicar esas pésimas bromas donde juzgas, donde detrás de un anónimo juzgas a una persona por seguir en una corriente que crees es divertido y pareces como muy rebelde, pero, ¿qué crees? No, no eres cool, ni cute. Eres el problema.

De los cuerpos ajenos no se habla, si lo haces, incluso, podrías incurrir en cuestiones legales. Pero supongamos que te crees tan ingobernable, que no te importan ser congruente con la vida y respetar a los demás, pues te tengo noticias eso que tú le llamas desobediencia o sublevación, también en ello debe haber coherencia y prudencia.

En México existe la Ley Olimpia, que justamente protege a las mujeres de la exposición digital. La violencia digital es penada, castiga el acoso y la intimidad sexual. Si difundes fotos, videos, mensajes o grabaciones sin consentimiento puede aplicar esta ley.

Incluso se pueden aplicar penas de cárcel. E incluso si replicas el mensaje, los posteos de otros o distribuyes alguna imagen o vídeo podrías ser cómplice de estas situaciones que, repito, se castigan y la Ley Olimpia se podrá aplicar.

Tenemos que parar el hate. No es chistoso, los mensajes de odio que se repiten todos los días a diferentes mujeres en redes sociales pero también en los autobuses, en el colegio, trabajo u oficina e incluso en la familia debe detenerse.

No está bien, «que todo mundo lo haga no significa que sea correcto».

No está de moda el odio ni ser un odiador.

El odio mata. El bullying no es un juego.

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