México, 14 Oct (Notimex).- A fin de preservar el patrimonio inmaterial, rescatar lenguas y tradiciones de pueblos indígenas y contribuir a que lleguen a públicos más extensos, promotores culturales y especialistas en distintas materias pluralizan la información a través de recursos digitales.
Tal es el caso del proyecto de Nezahualcóyotl López López, estudiante de Ingeniería en Sistemas Computacionales del Instituto Tecnológico de Tlaxiaco de Oaxaca, quien en 2014 presentó la aplicación (app) Tunchákua para aprender mixteco de forma gratuita.
En un comunicado, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) señaló que Tunchákua contiene vocabulario básico del mixteco del suroeste de Oaxaca, y a través de una interfaz sencilla, se pueden conocer datos interesantes de la región así como números, palabras básicas, su escritura y su pronunciación, ya que la app contiene un audio para tener un acercamiento de cómo se escucha el idioma.
Por el momento esta app está disponible en Windows Phone y en tiendas de Microsoft, por medio de Media Player y se espera que a finales de año sea lanzada en plataformas Android; además de estar centrado en la traducción del navegador web de Mozilla México para que todo el navegador web sea en mixteco.
Otra forma de divulgación cultural es Son de mi corazón, app sobre el son Jarocho y el fandango, promovida por el fotógrafo Rodolfo Candelas, un libro fotográfico digital en forma de app, de descarga gratuita que contiene 106 fotografías a color tomadas por él mismo y constituye un viaje visual y sonoro por la región cultual del Sotavento integrada por Tabasco, Veracruz y Oaxaca.
Las imágenes de Son de mi corazón están acompañadas del ambiente sonoro, música, poesía y relatos relacionados al son Jarocho; además contiene textos del cronista Antonio García de León y Álvaro Alcántara, historiador y músico integrante de Chéjere.
Durante el II Congreso Internacional el Patrimonio Cultural y las Nuevas Tecnologías, se habló del proyecto de Rodolfo Candelas, quien durante siete años capturó con su cámara lo que veía, como una forma de entender lo que vivía y presenciaba.
Con un colega de profesión, idearon hacer una colección sobre libros de fotografía, los primeros en México en forma de aplicación digital. Y así nació la Colección Cristal de Luz, cuyo objetivo es coadyuvar en la difusión de la fotografía mexicana a partir del uso de nuevas tecnologías.
Hasta el momento cuenta con cuatro ediciones: Sierra Zapoteca, de Jorge Lépez Vela y Tepito, el barrio, de Adriana Zehbrauskas; Son de mi Corazón de Rodolfo Candelas Castañeda (publicación apoyada por el Instituto Veracruzano de la Cultura); y La Ciudad de México de Marco Antonio Cruz.
A la fecha cuenta con más de dos mil 600 descargas en países de los cinco continentes y fue uno de los primeros libros fotográficos del mundo y el segundo en el país de éste género, concluyó el INAH.