Parque Arví una belleza natural en la cima de Medellín

Por Edelmiro Franco V. Corresponsal

Medellín, 24 Sep (Notimex).- El parque Arví es un espacio para disfrutar la naturaleza en su hábitat, en el pico más alto de los cerros orientales de Medellín, convertido hoy en uno de los principales atractivos para turistas nacionales y extranjeros.

Es una propuesta ecoturística localizada en el corregimiento de Santa Elena, que forma parte de uno de los principales pulmones de la zona metropolitana de Medellín.

El parque Arví es un espacio abierto que el turista puede apreciar en toda su dimensión desde un vagón del Metrocable, con capacidad para ocho personas, que sale desde la estación Acevedo en el norte de Medellín, y lentamente empieza a subir hacia el pico más alto de la montaña, del lado nororiental de la ciudad.

Cuando el vagón llega a la estación del barrio Santo Domingo, sus ocupantes debe transbordar a la línea L del Cable Arví, para empezar a subir el último trayecto para ingresar y cruzar en línea recta el parque.

Unos vagones avanzan lentamente con sus ocho pasajeros sentados hacia la estación final, mientras otros están de regreso, ambos grupos contemplan la belleza natural de estos bosques de niebla, que son una de las riquezas naturales más importantes para el territorio nacional.

El Parque Regional Ecoturístico Arví conserva la calidad de las aguas que van a parar a los valles de Aburrá y San Nicolás, además, de ser el hábitat de flores, musgos, hongos, sarros, ranas, aves, mariposas y muchas otras especies que son de vital importancia para la conservación del bosque.

“Este parque es una propuesta ecológica, es un patrimonio natural de mil 761 hectáreas, en donde ofrecemos un turismo amigable con el medio ambiente”, explicó la guía Claudia Maryoris Sánchez en entrevista con Notimex.

Sánchez es la encargada de explicar a los turistas que llegan cada día al parque, de las especies de flora que se encuentran en el lugar, y en particular del proyecto que está en el corazón del bosque, para conservar las especies nativas ornamentales como son las orquídeas y bromelias.

“Este proyecto de especies nativas ornamentales apenas está empezando y la idea es reproducir las orquídeas y las bromelias, para luego regresarlas al bosque”, dijo la guía.

Sánchez explicaba el proyecto mientras hacia un recorrido por el bosque junto a un grupo de turistas asiáticos, estadunidenses y de varios países de Europa.

El Arví está celosamente cuidado por las autoridades de la municipalidad de Medellín y por sus guías, que dominan dos y tres idiomas, y explican cada detalle de esta hermosura natural.

El parque impacta al turista aún más, cuando se baja del vagón del Metrocable en la última estación, y es recibido por los artesanos de Santa Elena, que ofrecen sus productos y un café 100 por ciento colombiano, antes que inicien la caminata por el bosque.

Cuando el turista se interna en el bosque empieza a sentir la humedad, la sombra de los árboles, el olor del musgo, la tierra húmeda en cada paso o zancada.

Tocan las hojas, palpan los tallos de cada árbol por donde se reciben los rayos de sol que dejan trazas de luces mezcladas con el verde de las hojas, para que el turista plasme en su cámara ese instante de belleza natural.

A las cinco de la tarde el parque cierra las actividades y los turistas inician el regreso al gran Valle de Aburra.

Ellos van dejando atrás la belleza del bosque, mientras avanza el sistema de transporte aéreo, o teleférico rumbo a la estación Acevedo, en una de las márgenes del río Medellín, que cruza la ciudad de sur a norte.

Los turistas llegan a la estación del barrio Santo Domingo, para iniciar el descenso en el Metrocable, pero lo que ellos no saben es que esos barrios populares que contemplan hacia abajo, fueron bañados de sangre por las mafias de la droga del poderoso cartel de Medellín entre 1980-1995, los años más duros de la guerra que declaró la mafia al Estado colombiano.

Ahí está Medellín en toda su extensión territorial y con sus tejidos sociales.

Una ciudad que logró dejar atrás el horror del Cartel de Medellín, el olor a sangre y muerte en sus calles, para convertirse en este 2015 en una metrópoli pujante, innovadora, moderna y referente para América Latina y el mundo.

También podría gustarte