Muestra en Roma sobre las ruinas como metáfora de la existencia

Por Mario Osorio Beristain. Corresponsal

Roma, 7 Oct (Notimex).- Las ruinas como metáfora de la existencia humana y huella del paso inexorable del tiempo son el tema de una muestra que será abierta mañana jueves al público en el Palacio Altemps, sede del Museo Nacional Romano de la capital italiana.

Titulada “La forza delle rovine” (La fuerza de las ruinas), la exposición reúne a 120 obras de diversas épocas, tanto de colecciones públicas como privadas de varias partes del mundo.

Mediante estas obras se reconstruye un amplio discurso sobre las ruinas como centinelas del pasado y de la memoria, pero también recuerdos de guerras o desastres naturales y ambientales.

Esculturas y pinturas, grabados y acuarelas, libros antiguos, fotografías, secuencias cinematográficas y piezas musicales son utilizadas para desarrollar el tema propuesto por la muestra, que estará abierta hasta el 31 de enero de 2016.

“Mi idea era la de comunicar al público que las ruinas son una gran metáfora de la existencia humana”, explicó el curador Marcello Barbanera, durante la presentación de la exposición a los medios.

Dijo que la muestra fue pensada para el Palacio Altemps, construido en 1477 a un costado de la Plaza Navona (en el centro histórico de Roma) y que en el siglo XVI pasó a ser propiedad del cardenal austriaco Marco Sittico Altemps, quien inició la primera colección de arte antiguo.

“Una de las ideas era que el museo no debía ser un escenario anónimo, sino parte integrante de la muestra”, señaló Barbanera.

Dividida en nueve secciones, la exhibición se desarrolla en todas las salas del Museo Nacional Romano y se integra con las obras de la colección permanente, que contribuyen a enriquecer la narración.

“En el diálogo entre lo antiguo y lo contemporáneo, las colecciones de esculturas antiguas del Palacio Altemps constituyen parte integrante del recorrido, del mismo modo que las obras modernas y contemporáneas”, apuntó el curador.

En ese sentido, indicó que la intención fue la de poner al visitante no en una condición contemplativa, sino la de exhortarlo a la reflexión.

Afirmó que para dar un sentido de actualidad, la primera sección de la muestra: “Catástrofes: ruinas modernas y contemporáneas”, abre con el tema de modernidad del siglo XX, durante el cual dos guerras mundiales causaron destrucciones apocalípticas e hicieron inevitable y necesaria la reconstrucción.

Para lograr su objetivo, el curador usó pinturas y fotografías, pero también fragmentos de cintas como “A foreign affair” (1948), de Billy Wilder; “World Trade Center” (2006), de Oliver Stone, o “Alemania. Año cero” (1948), de Roberto Rosellini.

La segunda sección de la muestra, denominada “Torso: del deseo de integridad al culto del fragmento”, gira en torno al fragmento de la estatua colosal.

Esta parte incluye desde el “Torso de Polifemo”, una estatua en mármol del siglo I de nuestra era, hasta el “Calco del Torso del Belvedere” (siglo XVIII) o la escultura en bronce “Torso de Giovanetto” (1929), de Arturo Martini.

La tercera sección, llamada “Paisajes de ruinas”, está dedicada a las ruinas que fueron una constante en el paisaje pictórico a partir del siglo XVI, cuando los artistas pasaban por Roma como etapa imprescindible de su formación.

En la cuarta sección: “Ruina de los paisajes”, el ojo experto de fotógrafos pone al desnudo paisajes destruidos y explotados por la mano del hombre.

La quinta sección de la muestra: “Anatomía de las ruinas”, está dedicada a Gian Battista Piranesi, arquitecto y teórico de la arquitectura italiana.

En la sexta sección: “Fragmento, memoria y creación: el camino de la música”, el lenguaje visual es interrumpido por el musical, con la inclusión de cantos gregorianos, composiciones como “La marcha fúnebre” de la tercera sinfonía de Ludwig Van Beethoven o “Rendering” (1990) de Luciano Berio.

La séptima sección, titulada “El canto de las ruinas”, incluye textos y poemas de Cicerón a Cavafis, que evocan el tema de la muestra.

Mientras que la octava, llamada “El error de Diderot: Las ruinas de la antigüedad”, propone una comparación con la percepción de las ruinas en el mundo antiguo.

La muestra concluye con la sección “(Re) Construir las ruinas”, en la que se abre el debate, siempre actual, sobre todo en Roma, de la relación entre arqueología y modernidad e incluye desde videos y fragmentos de películas, hasta carteles publicitarios.

“Una característica de las ruinas es su ambivalencia. Son centinelas al límite del tiempo que se nos escapa a causa de su fluidez y rapidez”, concluyó Barbanera.

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