Por Ángeles González Bretón. Corresponsal
Tochimilco, Pue., 2 Nov (Notimex).- A fin de recordar a sus seres queridos y amigos fallecidos, habitantes de este municipio, ubicado a 12 kilómetros del volcán Popocatépetl, instalaron 36 altares en diferentes puntos de la localidad.
En esta población, donde impera un clima semihúmedo, del total de los altares por Día de Muertos cuatro se establecieron en la zona centro y el resto en los ocho barrios que forman parte del municipio. La cifra representa al número de personas fallecidas de octubre de 2014 a septiembre de 2015.
La familia de Verónica Rangel, en el barrio Xochimilcapa, desde el 28 de octubre se encargó de recibir a familiares, amigos, vecinos y turistas, quienes llegaron para admirar el altar que levantaron en honor a su cuñado Isaías Analco de Jesús, un joven de 19 años, que murió en un accidente.
En Tochimilco se acostumbra poner el altar desde tres a siete niveles y en el caso de la familia Rangel hicieron una ofrenda de tres posiciones, por lo que colocaron la comida y bebida en el primero. En este caso al joven le gustaba comer mole, chicharrón, salsa verde, beber cerveza y tequila. También colocaron fruta y pan.
En el segundo nivel se observó el retrato del difunto, y que se cree llegó a partir de las 12:00 horas del 28 de octubre, por lo que se retirará con el resto de las otras almas a partir de las 15:00 horas de este 2 de noviembre.
En el tercer y último nivel se pone la imagen religiosa de la cual era devoto el finado, que a decir de Verónica, su cuñado era creía en el Niño Jesús y de la Virgen de Guadalupe, por eso en su altar colocaron hasta la cima las imágenes.
A diferencia de otras ofrendas monumentales de Puebla, en Tochimilco no se usa tela para vestir sus altares, sino papel picado en color blanco, adornos como estrellas, angelitos y medias lunas de papel metálico de varios colores y con ceras llamadas escamadas, por que sus orillas simulan las escamas de pescado.
Los altares también se adornan con los llorones, figuras de niños o angelitos hechos en yeso o cerámica, que con una mano se cubren un ojo y dan la apariencia de estar llorando con la cabeza inclinada. También se coloca luz y flores, que no precisamente deben ser de cempasúchil.
En tanto, un recorrido denominado Correr gallo comienza poco después de las 18:00 horas y éste lo hacen los pobladores y visitantes para conocer los diferentes altares de muertos, quienes deberán entregar a los deudos unas ceras o veladoras y a cambio se les convidará chocolate de agua y un pan llamado bollo o cachetona.
Si el visitante llega a la casa de los dolientes antes de las 18:00 horas, éstos le ofrecen un plato con mole, refresco, tortillas y arroz, en muestra de agradecimiento por acompañarlos en este trance.
En la casa marcada con el número 9 de la calle Monte Olivo, Barrio El Calvario, los hermanos Tapia Cazales montaron una ofrenda para honrar la memoria de su padre Miguel Tapia Contreras, quien falleció en abril pasado, a los 95 años de edad, de muerte natural.
Su hija Angélica Tapia Cazales platicó que su papá no estaba enfermo y comentó que en su altar colocaron dos fotografías, una de su progenitor y otra de su tío, un hermano del señor Miguel, a quien le llevaba un año más de edad.
En el primer nivel del altar se puso comida; en el segundo los versos que compuso en vida su papá, en el tercero su retrato y el de su tío y, debido a que la esposa de don Miguel murió hace 6 años, en esta ocasión en el cuarto piso colocaron el retrato de la pareja y en la cima de la ofrenda un crucifijo.
El señor Miguel fue muy conocido en Tochimilco por las entrevistas que concedió a varios medios de comunicación internacionales y nacionales sobre la historia de su natal municipio, así como de la actividad del volcán Popocatépetl.
Tochimilco, que en náhuatl significa En la sementera de los conejos, se espera que poco más de 15 mil turistas lleguen durante estas fiesta de Todos Santos, y conozcan parte de la producción local como aguacate, durazno, pera, vainilla, ciruela y amaranto.
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