Espionaje militar de Rusia lanzó ataque al sistema electoral de EUA

El escándalo por el espionaje de Rusia, ampliamente denunciado incluso por figuras como la excandidata Hillary Clinton o que ha puesto en el centro de atención al propio presidente Donald Trump o a su yerno Jared Kushner, sigue dando de qué hablar.
Según información de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) que ha sido divulgada por la publicación digital The Intercept, Rusia lanzó un ataque a gran escala contra el sistema electoral de Estados Unidos.
La ofensiva, basada en el hackeo de cuentas y la intrusión en ordenadores, duró meses y se mantuvo hasta los días finales de los comicios. Más de 122 funcionarios electorales, así como compañías de servicios y al menos un computador sensible fueron blanco del Kremlin.

El presidente Vladimir Putin ha insistido que el Kremlin no tuvo injerencia en las pasadas elecciones de Estados Unidos.

El Gobierno estadounidense, si bien no ha confirmado los datos, ha detenido a la contratista de inteligencia Reality L. Winner, de 25 años, por la filtración y le ha imputado un delito contra la seguridad nacional.
Winner, según el Departamento de Justicia, ha reconocido que imprimió el expediente, clasificado de alto secreto, y que lo envió por correo a The Intercept, medio que sostiene que recibió el informe de un remitente anónimo.
Vladimir Putin ordenó una campaña en 2016 contra las elecciones presidenciales de Estados Unidos. El objetivo de Rusia era socavar la fe pública en el proceso democrático, denigrar a la secretaria Clinton y dañar su elegibilidad y potencial presidencia. Putin y el Gobierno ruso desarrollaron una clara preferencia por Trump”, sostiene un análisis conjunto de la CIA, FBI y NSA.
En esta operación encubierta, el Kremlin recabó el apoyo “de agencias gubernamentales rusas, medios públicos, intermediarios de terceros partidos y hasta trolls digitales”.
Entre sus objetivos figuraron los ordenadores del Comité Demócrata Nacional, así como el saqueo de las cuentas de altos cargos próximos a Clinton, entre ellos su jefe de campaña, John Podesta.
La puerta de entrada fueron las compañías encargadas de fabricar la maquinaria censal. También usaron ampliamente correos anzuelo (spear phishing) enviados funcionarios electorales y compañías asociadas al registro de voto. En estas misivas electrónicas se hacían pasar por Google u otras empresas y redirigían a una página falsa donde se apoderaban de las contraseñas.
Por otro lado, el día de ayer el presidente ruso, Vladimir Putin, negó en una entrevista a una televisión estadounidense cualquier responsabilidad del Kremlin en la campaña de desprestigio que sufrió Hillary Clinton o el Partido Demócrata durante las elecciones pasadas. Un ataque que supuestamente buscaba beneficiar a Donald Trump y que ahora se le ha vuelto en contra.
 

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