Esencial, detección temprana para ganar lucha contra cáncer de mama

* Entereza y positivismo son fundamentales en combate: sobrevivientes

México, 5 Oct (Notimex).- En la lucha contra el cáncer de mama se gana o se pierde, todo depende del momento en que se detecte, de manera temprana o tardía.

Inés Martínez Rosas y Cristina Vite, empleadas de Aeroméxico, hicieron la autoexploración mamaria a tiempo, hoy pueden contar su historia, caracterizada por el valor y entereza con la que enfrentaron esta enfermedad, que en México representa la segunda causa de mortalidad entre las mujeres de 20 a 59 años de edad.

Relatan que cuando el médico les dio la noticia, cada una de ellas reaccionó de manera distinta, pero en ninguno de los dos casos, hubo llanto ni aflicción, la idea que las invadió fue atenderse e informarse de inmediato, querían vivir.

“Justo el día de mi cumpleaños me dan la noticia, el 21 de enero de 2011”, recuerda en entrevista con Notimex Martínez Rosas, coordinadora de grupos de la aerolínea.

Cuenta que en diciembre de 2010, le dio una gripe fuerte, se recostó y comenzó a explorarse, se sintió dos nódulos –como se le llama medicamente-, dos bolitas, una del tamaño de un chícharo y otra de un garbanzo.

“Esto era un sábado por la noche, dije mañana temprano aunque sea a un médico de la esquina voy”, y así lo hizo, no perdió tiempo, consultó a los médicos hasta que llegó la noticia, pero lejos de derrumbarse o sentirse triste, “dije por mis hijos tengo que salir adelante”.

Además, el cáncer de mama que le detectaron coincide con otro tipo de cáncer que le diagnostican dos meses antes a su esposo, quien no libró la enfermedad y falleció de manera posterior.

“Cuando me confirman que tengo cáncer de seno pensé: mi esposo estaba más delicado y tenía que atenderlo, no había tiempo para decir me siento mal, cansada, ya no quiero vivir, por el contrario los tratamientos de quimioterapia y radioterapia los soporté gracias al pensamiento positivo”.

Veo programas y la mayoría de la gente es negativa, se ve ruda, comenta, sí me gustaría que cambiara el concepto y que la gente entienda la enfermedad, la acepte y reflexione, voy bien, mal, me regreso, qué voy a hacer si sobrevivo, me están dando otra oportunidad de vida.

Su lucha contra el cáncer de mama se prolongó por un año, pero al seguir las indicaciones médicas, no darse por vencida y alimentándose de manera adecuada, además de contar con el apoyo de su familia, Martínez Rosas ganó la batalla.

Hoy, a sus 51 años de edad, mira atrás, comparte su experiencia, con el afán de que el número de muertes por cáncer disminuya, “es posible bajar la cifra si hay una autoexploración a profundidad, no por encimita, tienes que sumir los dedos para sentir las bolitas y de inmediato acudir al médico”.

Cristina Vite, sobrecargo de Aeroméxico, detectó en marzo de 2013 una bolita en el seno, “fui al doctor, me recomendaron acudir al oncólogo, desde que la sentí presentí que era cáncer, nunca llore, lo tomé con tranquilidad, seguí volando hasta un día antes de la extirpación del tumor”.

Dice “No me dio miedo, tenía mucha información, eso me tranquilizó mucho, es más fácil entender la enfermedad”.

Su lucha contra el cáncer de seno empezó en agosto de ese año que la operaron y terminó a finales de abril de 2014, “fue rapidísimo”.

Sonriente y tranquila revela que 21 días después de la cirugía le colocaron un catéter para aplicarle la primera quimioterapia, de “ahí me seguí con 16 quimios, una vez que las termine, a los siete días, empecé con 25 radioterapias y ya”.

Vite regresó al trabajo, la próxima semana volará a China, estará bajo control médico por cinco años, toma un inhibidor de estrógenos”.

“Las quimioterapias no repercutieron ni en mi estado físico ni mental ni afectivo, tome ese tiempo como vacaciones, hice todo lo que no había podido hacer cuando volaba, aproveche para ir a todas las fiestas, cumpleaños, todo ese tiempo estuve de incapacidad, aproveche mucho a mi marido, familia, nunca se me bajaron las defensas, siempre salí bien, siempre positiva”.

Ahora, revela, “me siento viva, siento que es una segunda oportunidad, siempre me he divertido, pero ahora todo lo aprecio, oler, sentir el aire, el trabajo, la familia, lo aprovecho al mil”.

Inés y Cristina formaron parte del grupo de las 150 empleadas sobrevivientes de cáncer de mama de Delta Air Lines y Aeroméxico que volaron en el “Avión Rosado” de la aerolínea estadunidense, que operó por primera vez en una ruta internacional desde Nueva York a la Ciudad de México.

Con ello, las aerolíneas iniciaron la campaña de recaudación de fondos para la Fundación de Investigación del Cáncer de Mama (BCRF, por sus siglas en inglés), que se llevará a cabo durante todo el mes de octubre.

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