Conclusiones de la Asamblea General de la ONU, 1 de octubre de 2013

Benjamín Netanyahu ante el pleno de la ONU

Como pocas veces en la historia, durante esta Asamblea General se respiró un aire de progreso y diplomacia, pues luego de dos años y medio de conflicto las potencias mundiales se pusieron de acuerdo para imponer obligaciones legales al gobierno de Siria.

En una reunión del Consejo de Seguridad, en la que participaron el secretario estadounidense de Estado, John Kerry, y el canciller ruso Serguei Lavrov, fue posible acordar la resolución vinculante que determina que Siria está obligada a destruir su arsenal químico.

La resolución fue interpretada como un gran triunfo de la diplomacia internacional, posible apenas dos semanas después de que un ataque de parte de Estados Unidos a Siria fuera prácticamente inminente.

Asimismo, el nuevo presidente de Irán, Hasán Ruhaní, reafirmó desde la tribuna de la Asamblea General, así como en varias conferencias de prensa, el nuevo rostro de este gobierno: conciliador y ansioso de demostrar que su programa nuclear tiene sólo fines pacíficos.

A diferencia de su antecesor, Mahmoud Ahmadineyad, Ruhaní aseveró que su país está dispuesto a aceptar supervisión internacional a su programa nuclear, y sostuvo al respecto una histórica conversación telefónica con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

Así, uno de los más agudos problemas del Medio Oriente, la posibilidad de un Irán con armas nucleares, pareció difuminarse, pese a que el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu insistió este martes en que Irán persiste en desarrollar armas atómicas.

Con la participación de más de 130 jefes de Estado y gobierno, durante la actual sesión destacó también que más de un centenar de países firmaron el Tratado de Comercio de Armas, y que México fue el séptimo país en entregar en la ONU este instrumento de ratificación.

Asimismo, fueron celebradas dos sesiones históricas de alto nivel, una sobre los derechos de las comunidades lésbica, gay, bisexual y transgénero (LGBT) y otro sobre las personas que sufren de alguna discapacidad.

Finalmente, varios países delinearon sus propuestas en torno al tema principal de esta sesión de la Asamblea General: la agenda de desarrollo luego de la expiración de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, en el año 2015.

En su discurso de clausura, el presidente de la Asamblea General, el embajador de Antigua y Barbuda, John Ashe, expuso que pese a que muchos acusan a la ONU de sólo emitir palabras y ejercer nulas acciones, el debate general sirve para sentar el rumbo de este organismo internacional.

“Nuestros debates también muestran que, pese a cualquier elemento negativo, la fe en el valor de nuestra organización como el foro mundial de las naciones sigue ocupando una elevada posición”, enfatizó Ashe.

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