El religioso fue capturado el martes junto a otras 126 personas, entre ellos, fiscales, jueces, policías, pandilleros, empleados judiciales y municipales, a quienes la Fiscalía vincula con el crimen organizado en la zona oriental de El Salvador.
Tengo mi conciencia muy tranquila. Tengo paz y lo único que le puedo decir al fiscal general, así como dijo Jesucristo: Padre, perdónalo porque no sabe lo que hace”, dijo el religioso a periodistas.
Rodríguez, quien ayuda a la rehabilitación y reinserción de pandilleros y forma parte de una comisión de pacificación en el país, explicó que no tiene que dar cuentas al fiscal general, Luis Martínez, sino solo a Dios.
El fiscal siempre bravucón, como se le caracteriza. Argumentó en una conferencia que es un criteriado (testigo protegido) el que ha dado la información y luego él (Martínez) le avisa a los delincuentes sobre sus capturas, así como le avisó a (Francisco) Paco Flores, ex presidente del país, dijo el religioso.
El fiscal no quiso ordenar la captura provisional del exmandatario acusado de apropiarse de millonarias donaciones proveniente de Taiwán y ahora es prófugo de la justicia.
Rodríguez negó tener conocimiento sobre las acusaciones que le imputa la Fiscalía.
La captura del sacerdote causó indignación en amplios sectores del país, incluso del presidente Salvador Sánchez, los cuales exigen su pronta libertad.
El procurador para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH), David Morales, exigió al fiscal una explicación sobre la detención del religioso, quien en varias ocasiones ha criticado a Martínez.