Seúl y Tokio acuerdan superar fricciones históricas

SEUL, Corea del Sur (AP) — Los gobernantes de Corea del Sur y Japón reanudaron el lunes conversaciones formales después tres años y medio congeladas y acordaron buscar una solución a la controversia que ha durado décadas en torno a las mujeres coreanas obligadas a trabajar en burdeles de militares japoneses durante la Segunda Guerra Mundial.

El acuerdo es un paso adelante pero no un avance. Las relaciones entre ambos países se encuentran en uno de sus momentos más bajos desde finales de 2012, cuando asumió como primer ministro de Japón, Shinzo Abe, que ha adoptado una postura más radical y nacionalista que muchos de sus predecesores.

Seúl considera que Abe intenta ocultar el brutal dominio colonial que ejerció Japón en la Península de Corea de 1910 a 1945.

El mayor punto de fricción entre ambos países se debe a la responsabilidad de Japón por utilizar a mujeres como esclavas sexuales durante la guerra, a las que se ha llamado eufemísticamente “mujeres de solaz”. Según los historiadores, decenas de miles de mujeres de toda Asia, muchas de ellas coreanas, fueron enviadas a burdeles militares en el frente para mantener relaciones sexuales con soldados japoneses.

Japón se ha disculpado antes en numerosas ocasiones por esos hechos, pero muchos surcoreanos consideran insuficiente esas declaraciones así como las indemnizaciones entregadas a nivel privado.

Abe intentó rebajar el tono de la disculpa de 1993 pero más tarde prometió no hacerlo por protestas en Corea del Sur y otros países de la región.

El lunes, Abe y la presidenta surcoreana Park Geun-hye acordaron hacer mayores esfuerzos para solucionar este problema mediante el diálogo, según la oficina de la mandataria.

En Washington, la portavoz del Departamento de Estado, Elizabeth Trudeau, dio la bienvenida a las informaciones de que Park y Abe acordaron acelerar sus acciones “para resolver este problema delicado”.

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Contribuyeron a este despacho los periodistas de The Associated Press, Mari Yamaguchi, en Tokio, y Matthew Pennington, en Washington.

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