El Papa quiere a los “complots” fuera del Sínodo de los Obispos

Ciudad del Vaticano, 8 Oct (Notimex).- En las primeras jornadas de trabajo del Sínodo de los Obispos, una cumbre mundial de prelados que discute sobre los desafíos de la familia en el mundo actual, el Papa pidió a los participantes no dejarse llevar por la “lógica de la conspiración” y de los “complots”.

Así lo confirmó este jueves el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, al referirse a unas palabras que pronunció el Papa Francisco ante el pleno de la reunión episcopal, que inició el domingo pasado y se extenderá hasta el próximo 25 de octubre.

“No debemos pensar que existan complots, que existan personas que buscan manipular la visión que debemos tener del Sínodo todos, incluso al exterior, es la de un proceso de intercambio de comunicación que ocurre en la serenidad, en la sinceridad”, dijo el sacerdote jesuita.

Insistió que el pontífice desea para la reunión, en la cual participan unos 270 “padres sinodales” de más de 110 países, un ambiente de “plena confianza” donde todos puedan hablar con “lealtad” y “expresión sincera”.

“No se debe considerar como guiada por intereses particulares y de intentos de manipular, o de ir en dirección distinta a lo que es el proceso de búsqueda común en el espíritu de lo que la comunidad eclesial debe hacer”, añadió.

El Papa decidió intervenir ante el pleno del Sínodo para responder a un grupo de obispos y cardenales que expresaron su perplejidad porque la asamblea cambió su sistema de trabajo, razón por la cual sugirieron que los resultados de la misma podrían estar manipulados.

Pero otros “padres sinodales”, como el francés Laurent Ulrich, han asegurado que durante las discusiones dentro del aula “la palabra es totalmente libre”.

Por su parte el arzobispo canadiense de Gatineau (Quebec), Paul-Andrè Durocher, confesó que existen dos grandes corrientes de pensamiento entre los clérigos participantes: unos desean “reforzar la doctrina” y otros están abiertos “a un diálogo con el mundo”.

Estas dos grandes líneas se manifiestan de muy diversos modos, pero tienen un terreno de choque: la situación de los divorciados vueltos a casar; actualmente las personas en estas condiciones no pueden acceder a la comunión.

Mientras un grupo de obispos quiere mantener como están las prescripciones doctrinales en la materia, otros están a favor de buscar alternativas como un “camino penitencial”, un itinerario que le permita a algunas de estas personas tomar la eucaristía.

Sobre este punto se registran las principales discrepancias. Los clérigos que se quejaron de supuesta manipulación piensan que todo estaría enfocado a imponer cambios en la doctrina que atentaría contra la indisolubilidad del sacramento del matrimonio.

Aún quedan más de dos semanas de debates y todavía no se ha llegado al punto del temario que se refiere a los divorciados, por ello dicha controversia aún permanece en suspenso.

En estos días de conversaciones iniciales en el Sínodo han surgido otros temas: se ha hablado de violencia intrafamiliar, las familias migrantes y disgregadas por la violencia en Oriente Medio, los niños explotados y enrolados en los ejércitos, la falta de fe y la crisis del matrimonio.

Durante las próximas tres semanas los “padres sinodales” se alternarán entre discursos en el pleno y debates en los “círculos menores”, grupos lingüísticos de donde surgirán propuestas concretas que serán integradas a un documento final que se enviará al Papa.

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