Mexicanos leen 2.94 libros al año: Encuesta Nacional de Lectura

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En el documento se menciona que en México se lee menos, que la lectura sigue siendo un asunto estrictamente educativo y que el acceso a la cultura escrita está seriamente restringido para la mayoría de la población. Indica, además, que en México ya es menos de la mitad de la población mayor de 12 años la que lee libros, comparada con cifras del 2006.

José Ángel Quintanilla D’Acosta, presidente del Consejo Directivo de la Fundación Mexicana para el Fomento de la Lectura, calificó de alarmante y preocupante dichos números y sostuvo que “estamos igual que hace seis años”.

“Es preocupante, lo cual no nos llama la atención porque las acciones fueron las mismas, de tal manera que no podríamos esperar un cambio si no se hizo nada. Hubo una encuesta de Conaculta (2006), en la que se mencionaba que se leían 2.6 libros per cápita y hoy se leen 2.94, en términos concretos hoy se lee lo mismo”, señaló.

Indicó que “se trata de una situación alarmante porque quisiéramos un país en el que todos tuviéramos un hábito lector desarrollado, porque quien tiene ese hábito, por lo general tiene desarrolladas normalmente otras actitudes y capacidades que vienen junto con la lectura”.

“Se tiene un mayor éxito, por tanto quienes leen tienen una mayor capacidad de comunicarse con los demás, de entenderlo, de argumentar, analizar, criticar y eso es algo que en el país necesitamos de forma destacada”, refirió. El expresidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem), destacó la importancia de que sean los padres quienes fomenten el hábito de la lectura a los niños desde temprana edad.

“En la escuela la lectura se ha visto como parte de una materia, de español y eso se maneja así, no es un elemento transversal como en la vida diaria lo vemos, por ello es importante que en los padres se desarrolle ese interés porque los chicos lean, se vean interesados en ver qué sucede más allá de lo que acontece en la cuadra”, indicó.

Quintanilla D’Acosta consideró que una buena parte de los errores tiene que ver con que no existe una persistencia en las campañas de promoción a la lectura. “Se hacen campañas cada sexenio y luego se inventan otra nuevas y muchas de las veces ni siquiera se han evaluado los resultados que tuvo la anterior; y como es alguien más y no mía y como no es mía pues no es buena, entonces se van quedando los avances que se hubieran tenido”, dijo.

Para revertir la situación, estimó, “es necesario tener un convencimiento todos, sobre todo quienes tenemos la capacidad de decisión, que la lectura es una herramienta fundamental para el desarrollo de cada uno de los que conformamos esta sociedad, como personas, como individuos y como sociedad”.

Según el informe, los datos demuestran que la lectura es una actividad irremplazable para desarrollar adultos productivos y activos así como comunidades sanas. También que la importancia de formar lectores lejos de perder valor con el formidable desarrollo de las nuevas tecnologías y la comunicación a través de Internet, cada día cobra mayor relevancia.

Cualesquiera que sean los soportes de los escritos, es imprescindible contar con políticas a favor de la lectura que beneficien a toda la población y conjunten los esfuerzos de diferentes actores tanto del Estado como de la sociedad civil.

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