Estudio muestra correlación bajo nivel escolar y comisión de delitos

Guadalajara, 14 Sep (Notimex).- La investigadora del Centro Universitario de los Altos (CUAltos), Martha Fabiola García Álvarez, dijo que crecer en entornos hostiles, con escasez de recursos económicos, pero, sobre todo, no tener acceso a la educación, es caldo de cultivo para que alguien termine en una cárcel.

Apuntó que esta correlación de variables se refleja en el trabajo que realizó junto con un grupo de investigadores para analizar las características de la población carcelaria en el penal de Puente Grande, en eta entidad, y se encontró con personas que crecieron en estas condiciones de desigualdad y ahora purgan una condena.

Recordó que este trabajo de investigación, titulado “Aspectos educativos como factores que influyen en la salud mental y conducta delictiva”, obtuvo el segundo premio en el IX Congreso Argentino de Salud Mental, que organizó la Asociación Argentina de Salud Mental, en Buenos Aires, del 26 al 28 de agosto de 2015.

Explicó que la falta de escolaridad es la constante en las tragedias personales de los reclusos, lo que confirma que la educación es la clave para que alguien encauce su vida a un mejor rumbo, de acuerdo con el proyecto interdisciplinario.

Detalló que se entrevistó a 25 por ciento de la población del penal de Puente Grande, “tomamos cuatro grupos: dos de mujeres, unas condenadas por robo y otras por homicidio; y otros dos grupos de hombres, por robo y homicidio”.

“La educación, no sólo escolar, sino también la crianza en el hogar y el aprendizaje fuera de sus casas, es determinante para que se involucren o no en pandillas, consuman drogas o en las calles se enrolen en conductas antisociales y delictivas”, apuntó.

Mencionó que en el caso de las mujeres homicidas, 100 por ciento se vio involucrado en deserción escolar y, en cuanto a robo, 90 por ciento.

En el caso de los hombres, añadió que sólo 60 por ciento llegó hasta la secundaria, 35 por ciento a primaria y muy pocos a la preparatoria; y 5 por ciento no estudió ni siquiera la primaria.

Destacó que la falta de recursos también se refleja en la ausencia de una defensa legal adecuada.

Añadió que “100 por ciento dijo que ni siquiera conoció al juez que los condenó, y el defensor de oficio no les atiende correctamente, por exceso de trabajo o falta de conocimiento suficiente, 80 por ciento de los reclusos tiene nivel económico bajo y por falta de defensa están recluidos”.

En el trabajo premiado también participaron los académicos Carolina de la Torre, Jorge Humberto Medina y Luz Adriana Nápoles; la enfermera María Guadalupe Díaz Rentería y la doctora Martha Graciela Fuentes, del CUAltos; y el doctor del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades, Dante Haro Reyes.

Además, dentro de la formación de recursos humanos, el alumno de Psicología del CUAltos, quien está en el Programa de Estímulos Académicos, Víctor Alejandro Romero; así como Joel Dillón Franco, Steffy Zavala Dávila y otros prestadores de servicio social por el Programa de Incorporación Temprana de Investigación.

También podría gustarte