La era del marketing personalizado

En el mundo de la publicidad y el marketing, muchas veces poco, es mucho. Sin tener la obligación de crear campañas colosales e invertir en ellas millones y millones de dólares, del otro lado está un consumidor que quizá sea cautivado sólo con ver su nombre en una lata.

De ese tamaño se manifiesta el sentirse parte de algo, como leer “Carlos”, “Sergio”, “María” o “Xóchitl” en un refresco famoso a nivel mundial. De eso se trata el marketing personalizado; que se propaga con encanto y perdura. Quizá es una manera de mantener una relación duradera con sus clientes y consumidores; es como un pequeño diálogo que sin muchas letras, comunica a gran escala.

Las experiencias que al personalizar una marca logran enganchar más clientes prospecto, también crean un vínculo de pertenencia y aceptación casi masiva; porque el mensaje logra cautivar a todos.

Sobre los colores, también existe una estrategia de pertenencia. Una popular marca de agua con algunas vitaminas añadidas, ofrece una gama de color que atrae a quien simpatice con ella. Una niña en etapa de pubertad, seguro se inclinaría por la botella rosa sin fijarse en los ingredientes; o un joven amante del rock, sin duda, el envase negro sería su elección.

Al personalizar una marca se logra enganchar a más clientes prospecto porque se crea un vínculo de pertenencia y aceptación.

Una marca de crema de avellanas lanzó justo el año pasado su campaña de personalizar la etiqueta del envase de su producto.

No se trataba sólo del nombre, sino de cómo quería la gente coleccionar el tarro (algún apodo o diminutivo, por ejemplo). La tipografía comenzaba con la primera letra en negro y las demás en rojo (como la marca original). El nombre del producto se suprimió y logró que cada consumidor asociara el contenido delicioso con su ser; sorprendentemente eficaz.

En conclusión, se trata de entender que no es cuestión de dinero y de invertir mucho para que una marca, sin importar su tamaño, encuentre su propia fórmula para llegar al consumidor final y fidelizarlo, una plataforma podría ser Gimoti. La tecnología podría ser útil, pero la creatividad es la que marca la era del marketing personalizado.

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