Zapopan, Jal., 5 Dic. (Notimex).- Energía, carisma, mucho talento y un acercamiento íntimo con el público es lo que irradia Enrique Iglesias cuando pisa el escenario, y así fue en la presentación que tuvo en un atiborrado Auditorio Telmex, con capacidad para más de 11 mil personas, como parte de su gira Sex and Love.
A pesar de una hora de retraso, el cantante español fue recibido por un amoroso público que le perdona todo con tal de disfrutarlo un par de horas. Empezó la velada con “Tonigh”,”I like how it feels”, Bailamos y El perdedor.
Mil disculpas por el retraso, siempre he llegado tarde, la primera noche que salí con mi novia llegué una hora tarde, la segunda una hora y cinco minutos tarde, la tercera 45 minutos, la cuarta dos horas tarde, dijo el carismático cantautor.
Interpretó Loco y pidió que alguien del público subiera al escenario, de pronto aparece a su lado una pareja emocionada que cantó con él Cuando me enamoro; también una joven se sube al escenario y la lleva abrazada tras bambalinas dejando a la imaginación lo que podría hacer con ella.
Con derroche de energía el hijo de Julio Iglesias se conecta maravillosamente con el público, además que procura siempre en sus conciertos acercarse lo mayor posible a la gente, dándoles la mano y tomándose selfies con quien se lo pide.
De repente aparece en cualquier parte del recinto porque es lo habitual en sus conciertos, de tal forma que su público sabe que paga no por verlo parado en un escenario sino que con suerte lo tendrá a su lado cantando al oído.
En medio del público, no en el escenario sino entre la gente dice: Nací en 1978 en Madrid pero la verdad es que nací en 1995 en mi primero concierto en México, dijo para después interpretar Experiencia religiosa.
Una velada inolvidable vivieron miles de tapatíos que esperaban con mucho entusiasmo el regreso de este magnífico artista que con su carisma y su clásica gorra, playeras y jeans brinda un concierto energético de primer nivel.