Donald Trump, el favorito de los republicanos

Donald Trump insulta y exagera. Resta importancia a la necesidad de ideas en políticas públicas, se confunde sobre temas internacionales y a veces dice cosas que simplemente son mentira. Y los vítores de sus simpatizantes se escuchan más fuerte.

Para el estándar que los votantes suelen usar para juzgar a los aspirantes a la Casa Blanca, Donald Trump quizá no debió sobrevivir a su primer día en la contienda para el 2016.

Pero conforme se acercan las fechas para las primeras votaciones en el calendario de nominaciones, Donald Trump se ha afincado como el líder del bando republicano.

“Es completamente refrescante. No se muerde la lengua. Tiene temple y no se le puede comprar”, dijo Leigh Ann Crouse, de 55 años, habitante de Dubuque, Iowa.

Un rasgo común entre ellos es una profunda frustración y enfado con los líderes políticos de la nación, sea el presidente Barack Obama o los republicanos conservadores que, de acuerdo con estos votantes, no han encarado lo suficiente al ejecutivo demócrata.

No es que estos votantes estén dispuestos a obviar los defectos de Donald Trump para resolver lo que creen son los males del país. Son precisamente esos defectos lo que lo convierten en el líder que Estados Unidos necesita.

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