Disidentes cubanos no esperan mucho del papa

LA HABANA (AP) — Juan Pablo II libró una lucha abierta contra el comunismo, pero pocos esperan que el papa Francisco intente desestabilizar uno de los últimos bastiones comunistas en su visita a Cuba.

Mientras que en otras épocas los opositores a un gobierno comunista hubieran sentido que tenían un aliado en la Iglesia católica, Francisco ha sido uno de los impulsores de la reanudación de relaciones entre Cuba y Estados Unidos y no ha dado indicio alguno de que un cambio de régimen en La Habana figure entre sus prioridades.

Los propios opositores dudan de que vaya a hacer gestos que puedan alentar cambios.

“No hubo un pronunciamiento claro por parte del papa, más allá del tema religioso”, declaró a la AP el disidente Antonio Rodiles, líder del grupo Estado de Sats. “Es bastante incierto lo que va a pasar”-

Rodiles se declaró “escéptico” sobre resultados de la visita para la causa opositora y ese es el sentir general del movimiento disidente.

El pontífice argentino apoya el levantamiento de las sanciones económicas de Estados Unidos a Cuba y fue uno de los facilitadores del proceso que desembocó en el reciente restablecimiento de las relaciones entre ambos países.

La nueva coyuntura le ha dado al gobierno bastante aire y ha aislado en cierta medida a la oposición, que ya no cuenta con el apoyo irrestricto de Occidente. De hecho, se comienza a percibir una división entre quienes apoyan el acercamiento entre las dos naciones y visitas como las del pontífice a Cuba, y aquellos que, como Rodiles, exigen mano dura de actores internacionales contra el gobierno de la isla.

“Sería vital que el papa tuviera un mensaje para el gobierno de Cuba”, afirmó el dirigente opositor Eliécer Avila, quien dirige una organización llamada Somos+3/8. “No hay porqué tener un pensamiento occidental y democrático en todos los lugares y, cuando se llega a Cuba, eliminar la mitad del diccionario para no tener un disgusto con las autoridades”.

Francisco no tiene previsto reunirse con los disidentes cubanos. Hablará con jóvenes, con familias, laicos, discapacitados y se encontrará con el presidente Raúl Castro y eventualmente con el ex presidente Fidel Castro.

Hay quienes piensan que no es mucho lo que puede hacer el papa en vista de que el gobierno se ha fortalecido.

“No nos hacemos demasiadas ilusiones en los beneficios que pueda traer” la visita papal “porque una cosa es la buena voluntad del papa y otra lo que esté dispuesto a hacer el gobierno cubano”, que no se siente debilitado, sostuvo el opositor Santiaguero José Daniel Ferrer.

No se descarta que pueda haber arrestos de opositores por algunas horas. Observadores no gubernamentales de derechos humanos suelen denunciar que las autoridades detienen por breves períodos a opositores, a la par que reconocieron que hay menos encarcelamientos prolongados.

Un reporte de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional que dirige el disidente Elizardo Sánchez aseguró en junio que en la isla había unos 60 presos políticos –muchos con delitos violentos–, casi la mitad del centenar reportado en 2014.

El cardenal Jaime Ortega sorprendió al asegurar recientemente que no le constaba que hubiera presos políticos en la isla. Dijo que había solo encarcelados por delitos comunes, para quienes se pidió una amnistía. En respuesta, el gobierno indultó a 3.522 personas el viernes pasado.

Los expertos coinciden en que no se puede esperar que Francisco aliente cambios.

“Si las expectativas de cambios se albergan a partir de palabras duras, de descalificaciones, de aniquilamiento, de rupturas, pues creo que el papa no cumplirá esas expectativas, primero porque es un pastor y luego porque es un político muy inteligente”, comentó el politólogo Roberto Veiga, del centro de reflexión Cuba Posible.

Sin embargo para Veiga el Pontífice no dejará de decir lo que piensa, como hizo en otras ocasiones al defender la diversidad, la importancia de la ciudadanía o la opción de la iglesia por la democracia occidental.

“Creo que nos sorprenderá”, indicó Veiga.

Mientras tanto y en la medida en que la fecha del viaje del papa a Cuba y Estados Unidos se acercaba los disidentes arreciaron sus críticas a la iglesia local y al cardenal Ortega, la figura de mayor jerarquía en la isla y amigo personal de Francisco.

El propio Ortega salió a defender la neutralidad política de la iglesia católica cubana y evocó en una inusual entrevista en la televisión estatal la semana pasada una anécdota que vivió junto al papa Francisco cuando este era solo el cardenal Jorge Bergoglio.

Según Ortega, poco antes de la elección del argentino como pontífice, él mismo le relató que su predecesor Benedicto XVI le había expresado una vez: “la Iglesia no está en el mundo para cambiar gobiernos, está en el mundo para penetrar con el evangelio el corazón de los hombres y los hombres cambiarán el mundo”.

“Al oír esto, él (Bergoglio) levantó las manos y dijo: ‘esto habría que ponerlo en una pancarta gigante a la entrada de todas las ciudades del mundo”’, narró Ortega.

Para los expertos está claro que la iglesia, que después de la revolución fue vista como un arma antigubernamental, quiere cambiar su imagen y posicionarse de cara al futuro, cuando avancen las reformas económicas y sociales impulsadas por Castro desde 2010, incluidos el trabajo independiente, la apertura de un mercado inmobiliario y una nueva ley migratoria que permitió a los cubanos salir libremente de la isla.

“Hay mucho nerviosismo en la iglesia cubana, no quieren ser vistos como que apoyan a la oposición”, comentó a la AP el británico Austen Ivereigh, un biógrafo no autorizado del papa. Los obispos y el papa “están actuando pensando en el largo plazo y creo que saben que este es un proceso de evolución en vez de un cambio de régimen”.

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El corresponsal Michael Weissenstein contribuyó con este reporte.

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Andrea Rodríguez está en Twitter como: www.twitter.com/ARodriguezAP

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