Por Martha Alicia Reyes. Corresponsal
Tijuana, 6 Dic (Notimex).- Los migrantes deportados de Estados Unidos que llegan a Tijuana pueden consumir comida caliente, café y agua, en un desayunador ubicado en esta frontera.
En el Desayunador del Padre Chava, son atendidas diariamente más de mil personas, de las 8:00 a las 10:30 horas.
En entrevista con Notimex, la coordinadora del desayunador desde hace casi 17 años, Margarita Andonaegui, comentó que abren todos los días del año, ya que las personas que acuden con ellos son gente deportada, en calle o de pobreza extrema.
Tijuana es una frontera que recibe a personas de todos los estados de la República Mexicana, muchos de los cuales son deportados de Estados Unidos, así como a migrantes de Centroamérica que persiguen el anhelado sueño americano.
La razón de quedarse en esta ciudad es por la cercanía a Estados Unidos para que sus familiares los vengan a visitar algún día.
En 1994, con la entrada en vigor del programa Operación Guardián, implementado por el gobierno de Estados Unidos, disminuyeron las posibilidades de que algunos migrantes de Centro y Sudamérica ingresaran a ese país por los límites territoriales de Tijuana.
La dificultad para ingresar desde ese año generó el estancamiento de muchos migrantes en tránsito, quienes vieron retardada su incursión al vecino país del norte y tuvieron que optar por quedarse en esta ciudad fronteriza.
En la espera de alguna oportunidad de reingreso a Estados Unidos o retirarse a su lugar de origen, la mayoría optó por quedarse en esta urbe.
No obstante que la dificultad ya era grande, la posibilidad de ingresar a Estados Unidos se agudizó aún más a partir de 2001, debido a los actos terroristas del 11 de septiembre, las fronteras entre México y Estados Unidos son más vigiladas.
El ingreso a ese país fue todavía más restringido. Esta conjugación de acontecimientos provocó el hacinamiento de migrantes en la Zona del Río.
El agrupamiento de los migrantes se dio principalmente en el canal del Río Tijuana, cuyas grietas y montones de tierra, así como las coladeras, sirvieron de refugio a esos paisanos en tránsito.
Además del Operativo Guardián y los actos terroristas, un ingrediente más fue agregado: las deportaciones continuas de mexicanos residentes por muchos años en Estados Unidos.
En algunos casos, las deportaciones obedecieron a que algunas de la personas contaban con antecedentes de algún delito y esa fue una razón de peso para que fueran expulsados a México.
En esa combinación de ingredientes, muchos migrantes decidieron quedarse en esta frontera, algunos con la esperanza de regresar a esa nación.
Muchos otros, que así lo han manifestado cada vez que tienen oportunidad, se quedaron en Tijuana por vergüenza de regresar a sus lugares de origen, derrotados y con las manos vacías.
Desde 1994 con el Operativo Guardián y a lo largo de 25 años aproximadamente, esos migrantes con o sin pasado delictuoso, han sobrevivido gracias al altruismo de muchas personas y organismos civiles.
Aunque se han logrado apoyos económicos para retornarlos a sus lugares de origen, miles de migrantes siguen deambulando por las calles de Tijuana con su mochila colgando en su espalda.
Los migrantes varados en esta frontera se han agrupado como si fueran una tribu urbana, ya que mantienen una convivencia diaria en El Desayunador del padre Chava, donde consumen alimentos juntos.