El investigador social aseguró a Notimex que es necesario que se haga un examen a los acuerdos suscritos por Colombia “para establecer mecanismos de protección” que alivien la crisis por las importaciones baratas y condiciones de competencia.
Según Romero, las protestas sociales que han aflorado en Colombia, se concentran en “regiones que empiezan a sentir las consecuencias de los TLC” por la fragilidad de la infraestructura rural para resistir la competencia. Miles de campesinos iniciaron hace dos semanas un paro agrario indefinido en varios departamentos colombianos, para exigir salidas a la difícil situación que enfrentan por los altos costos de los insumos y la caída en los precios.
Las movilizaciones sociales han desembocado en brotes de violencia en algunas vías bloqueadas por manifestantes y en ciudades, incluida Bogotá, los cuales han dejado hasta el momento cinco muertos, más de 200 heridos y 512 detenidos.
El ministro de Comercio, Industria y Turismo, Sergio Díaz-Granados, rechazó este martes que los TLC firmados por Colombia, sean los responsables de la crisis agraria y descartó por ahora renegociar los mismos. “Es injusto atribuirle las crisis que viven productos como la papa y la leche al comercio exterior. Un mal diagnóstico no nos puede llevar a tomar medidas equivocadas”, sostuvo el funcionario, en un análisis sobre el problema agrario.
Advirtió que existen personas interesadas en manejar una agenda política que “va en contra de los Tratados de Libre Comercio” y recalcó que la afectación en el campo obedece a otros factores como el costo de los insumos y transporte.
En eso coincidió el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Rafael Mejía, quien consideró “exagerado” echarle toda la culpa de las protestas sociales a los acuerdos comerciales, cuyo efecto, a su juicio, ha sido mínimo.
Según Romero, aunque los TLC benefician algunos productos, perjudican a otros como los del sector agrario, por lo que en su concepto, deben ser sometidos a una revisión “parcial” para proteger a los gremios más afectados.
De lo contrario, las movilizaciones sociales irán creciendo en la medida en que el impacto de los Tratados de Libre Comercio firmados con Estados Unidos y la Unión Europa, tengan efectos mayores sobre el sector agrario colombiano, añadió.
De acuerdo con la revista Semana, las importaciones grandes de alimentos no provienen de Europa ni de Estados Unidos, sino de Perú y Ecuador, países con los cuales Colombia tiene acuerdos comerciales desde hace 40 años a través del Pacto Andino.