Belice, país multiétnico y multicultural

Por Julieta Aragón. Enviada.

Belice, Belice 31 Oct (Notimex).- Por las calles de Belice, ubicado al sur de México, el sol cae a plomo. En la ciudad, que lleva el mismo nombre del joven país centroamericano la vida transcurre a otro ritmo.

Su paisaje, en el que sobresalen la vegetación y las casas de madera pintadas de colores pastel con techos a dos aguas, conserva parte de su historia colonial y en el convergen distintas razas, culturas e idiomas.

Rasgos que conforman la identidad multiétnica y multicultural de esta nación, cuya extensión territorial es de 22 mil 966 kilómetros cuadrados, casi la mitad de lo que mide Quintana Roo, el estado mexicano con el que hace frontera.

De acuerdo con el censo de 2010, la población de Belice asciende a 312 mil 698 habitantes, cifra inferior por 47 mil habitantes a la de la delegación Tláhuac, en el Distrito Federal.

Entre las principales culturas que configuran la identidad beliceña se encuentran los mayas, que representan el 10 por ciento; los mestizos o latinos conforman el 49.50 por ciento; los criollos el 21 por ciento y los garífunas son el 4.60 por ciento.

En menor proporción, los hindús, los menonitas, los árabes que incluyen a libaneses, palestinos y sirios, así como los chinos, quienes ejercen una actividad económica importante. La población taiwanesa se incrementó también en los últimos tiempos.

GARÍFUNAS Y LA CULTURA CARIBEÑA

Si bien es cierto que la cultura garífuna tiene la población más pequeña de las cuatro con mayor presencia en Belice, es muy representativa porque le dio a Belice un vínculo con El Caribe que ningún otro país latinoamericano tiene.

Los garífunas son los hijos de los africanos y de los indios arawaks; el nombre significa “hijo del caribe”, explicó el presidente del Consejo Nacional Garífuna, Robert Mariano, quien detalla que sus antepasados llegaron a la parte sur de Belice procedentes de San Vicente, a finales del siglo 18.

Al inicio, puntualizó, los garífunas vivían de la pesca y la producción agrícola, más tarde extendieron su presencia en el territorio beliceño en ciudades como San Pedro, Dangriga, Hopkins, Seine Bight, Punta Gorda así como Barranco y diversificaron sus actividades.

En entrevista, el funcionario relató que una de las tradiciones más importantes para los garífunas es el Dugú, ritual en el cual se colocan ofrendas a los antepasados que consisten en comida, música y bailes.

La ceremonia que se hace cada año sirve también para reunir a la familia, pues reciben a parientes de todas partes del mundo como Estados Unidos, Canadá y México.

De manera normal el espíritu de un antepasado escoge a un líder, quien convocará la reunión. Y aunque algunos familiares no creen en ello, los ancestros tienen sus maneras de comprobar que sí existen, por lo que este ritual es muy importante para la comunidad garífuna, que en su mayoría practica la religión católica, comentó.

Mariano indicó que las comidas más típicas son el hudut, la albóndiga, el tapou y el pan de cassava. Este último es muy importante porque cuando salieron los antepasados de San Vicente tardaron en llegar meses a Belice y con el sobrevivieron.

El pan de cassava considerado muy nutritivo se tardaba en preparar un año porque el proceso era muy difícil, precisó el funcionario, quien agregó que tienen diversas comidas preparadas con pescado.

La punta y la parranda son las músicas típicas garífunas y son también las más escuchadas en Belice. Mariano detalló que la segunda tiene un ritmo más suave y va más despacio.

En 2001, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declaró a la música garífuna Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Los garífunas conmemoran la llegada a Belice cada 19 de noviembre, con música, danzas y comida.

LATINOS, POBLACIÓN MÁS NUMEROSA

La comunidad latinoamericana en Belice tiene diversos orígenes, por un lado proviene de la mezcla entre los nativos mayas con los españoles, primeros colonizadores del territorio beliceño, quienes perdieron en la Batalla del Cayo San Jorge en 1798 y con la cual el país quedó bajo dominio inglés.

Otros descienden de los mayas que salieron de la Península de Yucatán durante la Guerra de las Castas a finales del siglo 19 y principios del 20. Como el soldador y comerciante Miguel Chan, quien relató que sus abuelos llegaron de México y aunque su papá y él nacieron en Belice, su mamá sigue hablando maya.

Además, conserva mucha raíz en Chetumal, Mérida y el Distrito Federal. Familia con la que aún tiene contacto, afirmó Chan.

La otra parte de la comunidad latina la integran inmigrantes y refugiados centroamericanos, quienes arribaron en los últimos 30 años. Tal es el caso de Reina Isabel Rivera, quien salió de El Salvador en 1986.

En entrevista por separado dijo que debido a la guerra en su país natal tuvo que venir por un tiempo a Belice y gracias a que encontró una oportunidad para sobrevivir vendiendo popusas, comida típica salvadoreña, le gustó y decidió quedarse. Resolución que se vio respaldada cuando las autoridades beliceñas le concedieron la nacionalidad beliceña.

Aunque en este país el inglés es el idioma oficial, el español es la segunda lengua más hablada en el país. Seguido del criollo, una mezcla de africano e inglés que se desarrolló durante la esclavitud, pues permitía a los esclavos comunicarse sin que el capataz los entendiera, explicó el estudiante de la Universidad de Belice, Deon Irvin Verbon Junior, quien aseguró que es un dialecto que se aprende solo y es muy divertido.

A pesar de que cada cultura tiene sus propias tradiciones, su música, su baile y su comida, el platillo típico de Belice es el Rice and beans, el cual consiste en pollo cocinado en una especie de adobo con sabor agridulce y una mezcla de arroz con frijoles con leche de coco. Otros ingredientes importantes son la ensalada de papa o de repollo.

En suma, todas las identidades engloban a la beliceña. “Aunque se mantengan cada una de sus tradiciones, cada una de sus identidades conviven y conviven muy cercanas, en el mismo espacio físico y siguen manteniendo una identidad más general, más global que es la beliceña”, comentó el agregado cultural de la Embajada de México en Belice, Jorge López Castro.

Eso ayudó para que Belice tenga una cultura muy rica, reconoció en entrevista el funcionario.

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