Análisis: Japón avanza para normalizar sus fuerzas armadas

Soldados japoneses son aclamados por niños iraquíes cuando se retiran de su base en Samawa, en el sur de Irak, un día después de que soldados japoneses ingresaran en una zona de conflicto por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial a fin de participar en una misión humanitaria, el 20 de enero de 2004. En las primeras horas del sábado 19 de septiembre de 2015, Japón dio un paso adelante para contar con unas fuerzas militares a la par de la mayoría que existen en el mundo, con capacidad para participar en acciones bélicas aun si el país no está bajo ataque directo.(AP Foto/Gregorio Borgia) TOKIO (AP) — En las primeras horas del sábado, Japón dio un paso adelante para tener unas fuerzas armadas como la mayoría de las que existen en el mundo, con capacidad para participar en acciones bélicas aunque el país no esté bajo ataque directo.

No todos están de acuerdo en que la medida sea positiva, como lo muestran las ruidosas protestas callejeras que tuvieron lugar fuera del parlamento japonés y las inevitables críticas de China.

Sin embargo, los conservadores del gobernante Partido Liberal Democrático, molestos desde hace tiempo por las restricciones sobre las fuerzas armadas de Japón contempladas en la carta magna impuesta por Estados Unidos como uno de los vencedores en la Segunda Guerra Mundial, quieren eliminar lo que consideran cortapisas inaceptables que penden sobre el estamento militar de la nación.

Aunque las fuerzas armadas de Japón distan de funcionar con amplitud de acción, el conjunto de iniciativas de ley que aprobó el parlamento supone un paso adelante en una erosión gradual de las restricciones que han estado en vigencia durante más de dos décadas.

Los recientes cambios en base a las nuevas leyes quizá no sean a gran escala, pero por encima de una acalorada oposición el primer ministro, Shinzo Abe, ha logrado un cambio importante en el marco de seguridad de Japón al acercar a su nación al propósito de contar con unas fuerzas armadas “normales”, como sostienen quienes respaldan la medida.

Inicialmente, después de la Segunda Guerra Mundial, en teoría Japón no debía contar con ningún ejército. Estados Unidos, que ocupó Japón desde 1945 a 1952, quería erradicar el militarismo que había propiciado el conflicto.

De acuerdo con el artículo 9 de una nueva constitución aprobada en 1947, el pueblo japonés renunció al uso de la fuerza para zanjar disputas internacionales, y al derecho a mantener fuerzas terrestres, marítimas y aéreas.

Sin embargo, la manera de pensar de Estados Unidos cambió con el estallido de la Guerra de Corea. Washington comenzó a ver a Japón como un posible aliado en la Guerra Fría y no como una amenaza.

A insistencia de Estados Unidos, Japón creó en 1954 lo que se llama la Fuerza de Autodefensa. Aunque algunos aún ponen en duda la constitucionalidad de esa fuerza, la mayoría acepta ahora que el artículo 9 permite a Japón tener lo que se convertiría después en un estamento militar considerable y bien equipado para la defensa del país.

Con el tiempo, el gobierno, de nuevo a petición de Estados Unidos, ha ampliado repetidamente la definición de autodefensa para enviar efectivos a misiones en Oriente Medio, África y otras latitudes, aunque sin participar en acciones de combate.

Con todo, las medidas para ampliar el carácter bélico de la Fuerza de Autodefensa han enfrentado una fuerte oposición pública.

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Moritsugu es el jefe de la oficina de The Associated Press en Tokio.

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La periodista de la AP Mari Yamaguchi contribuyó a este despacho.

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