El arte de amar

¿Qué es el arte de amar? ¿Todos estamos aptos para amar? Cuando hablamos de amor, ¿sólo hablamos de amor romántico?

Esta y una decena de preguntas más sobresalen cuando queremos hablar, opinar, o mejor aún, gestionar o vivir el amor. En sí es una incertidumbre, pero en sí lo es porque es una experiencia personal para cada ser vivo.

Porque incluso los animales en sus épocas de apareamiento, por ejemplo las leonas, lo hacen por amor. Aman a su león con tan vehemencia que es sólo a uno al que se le van y restriegan, literal, y a ese que eligen se le entregan.

¿Todos estamos aptos para el amor?

La respuesta unilateral tal parece ser que es sí.

Sí, todes, todas, todos estamos aptos, habilitados para el amor. El amor cual sea su forma de expresión o de vivirlo. Sin embargo, hay que acotar, que el amor no es lo mismo para todos.

Hay gente que es completamente incrédula a vivir un amor romántica, es más, son escépticos. No tienen esa necesidad ni de vivirlo y mucho menos de demostrarlo, y no es por falta de capacidades, sino es por indecisión o —en muchos casos—por desconocimiento. ¿Cómo amar a alguien de forma romántica?

La inteligencia emocional y responsabilidad afectiva tienen mucho que ver con nuestras capacidades demostrativas y de compromiso. Solemos ser reticentes a mostrar esa parte, esas emociones que nos muestran vulnerables y que incrementan las posibilidades de una decepción.

Por eso muchas personas ni siquiera lo contemplan, pueden vivir sin ese sentimiento compartido del amor romántico. Que también hay que decirlo, quizá está infravalorado, aunque todo depende de las experiencias y perspectivas de cada individuo. Como todo, el arte de amar es una expresión personal.

El arte de amar

Sin embargo, ¿qué es el arte de amar?, ¿por qué solemos necesitar tanto vivir un amor romántico?, ¿es un verdadero arte el amar?

Si, sí.

La respuesta es amplia, sin embargo el arte de amar es la esencia de poder demostrar gratitud, admiración, empatía, respeto, pasión y valor a una persona que nos atrae física, mental, intelectual y espiritualmente. ¿Todo eso?

Pues sí, por eso el arte de amar no es una condición que todos queramos adoptar y mucho menos poner en practica, es más, hoy en día la mayoría de las personas huyen de las responsabilidades afectivas que contemplen un compromiso, correspondencia, lealtad, fraternidad y sobre todo, fidelidad: a tus actos, emociones, creencias. Todo incluido.

Y tampoco está mal. Hay quienes sí y quienes no. Algunos somos unos apasionados de la vida y por ende del amor y queremos vivir al menos una ocasión ese amor romántico que le ponga sentido a nuestros días, que nos de esperanza, alegrías, inspiración, motivación. Que nos supongo sentirnos virtuosos y correspondidos ante cualquier muestra de afecto.

Sentimientos extemporáneos

Sin embargo, también hay que decirlo. El arte de amar es una expresión humana que contempla muchas aristas, incluye momentos adversos y supone disposición al menos de dos partes: de un emisor del amor y de un receptor.

También hay que hablar de la disposición para vivirlo, pero además hay que detenernos y contemplar que debemos crearlo, no surge de la nada el arte del amor. Quizá suponga o contenga muchos improbables, pero en algún punto se vuelve —o se deberá de volver—tangible, real. Y también siempre lleva su dosis tortuosa e incluso misteriosa.

Pero vívelo. Es mejor probar que saber, pensar o cuestionarte, ¿por qué no viví el arte de amar?

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