Harry Reid advierte sobre dificultades de reforma migratoria

“Si ellos esperan hasta después de las primarias, que terminan en septiembre, no podremos terminar aquí”, dijo Harry Reid durante una conferencia que una decena de senadores demócratas ofrecieron a medios hispanos. “Será realmente muy difícil poder conciliar, empezando y terminando en unas pocas semanas”, agregó.

Si bien el liderazgo republicano en la cámara baja no ha dicho públicamente que esperará hasta septiembre para abordar la reforma migratoria, numerosos expertos coinciden en que las posibilidades de progreso dependerán en buena medida de cuántos representantes republicanos buscarán la reelección en las elecciones legislativas de noviembre sin tener que enfrentar en las primarias a candidatos del ala más conservadora, conocida como el Tea Party.

El Congreso mantiene en el limbo a la reforma migratoria, ya que la mayoría republicana en la Cámara de Representantes se ha negado a debatir el proyecto aprobado en junio por el Senado, de mayoría demócrata, y que incluye la opción de la naturalización. El proyecto de ley aprobado por el Senado en junio es válido solamente hasta el 31 de diciembre, cuando termina la sesión legislativa actual.

El presidente de la cámara baja, el republicano por Ohio John Boehner, anunció a comienzos de mes que las próximas semanas presentará los principios con los que abordará una reforma migratoria en 2014. Boehner mantiene su negativa de conciliar una versión bicameral con el proyecto del Senado y ha expresado preferencia por abordar diferentes aspectos de política migratoria con proyectos de ley separados.

De hecho, la comisión judicial de la cámara baja ha aprobado varios proyectos de ley de corte restrictivo a la inmigración sin autorización, pero ninguno aborda cómo solucionar el estatus de 11 millones de inmigrantes que ingresaron al país sin autorización.

Pero Harry Reid negó categóricamente la posibilidad de que el Senado acoja varios proyectos de ley que sean aprobados por la cámara baja, dejando de lado la versión aprobada en junio. “Aquí no vamos a aprobar proyectos de ley sueltos. Queremos una reforma migratoria integral”, indicó.

El senador demócrata por Nueva York, Charles Schumer, agregó que los representantes demócratas podrían influir en las intenciones de Boehner de evitar la versión del Senado, ya que no cuenta con los votos necesarios para aprobar leyes sin votos demócratas. “Cada cosa que ellos hagan tendrá que ser negociada con los representantes demócratas y eso atemperará lo que ellos puedan hacer”, señaló.

Reid también se expresó en contra de cualquier escenario que solamente permita la legalización de los inmigrantes no autorizados y no la opción de naturalizarse.

Por su parte, el senador demócrata por Colorado Michael Bennet, jefe del comité de campaña de su bancada, dijo que los demócratas esperan mantener la mayoría en las elecciones previstas en noviembre. “Hemos tenido dos elecciones en las que esperábamos perder escaños y la mayoría y no ocurrió. Es un mapa difícil. Tenemos muchos candidatos demócratas en estados rojos (o de mayoría republicana) pero ellos representan bien a sus estados”, señaló. “Creo que vamos a mantener la mayoría”, anticipó.

Los demócratas poseen actualmente 53 de los 100 escaños en el Senado, 45 son republicanos y dos son independientes pero suelen alinearse con los demócratas.

El senador demócrata por Nueva Jersey Bob Menéndez se mostró confiado de que su partido reciba en noviembre un apoyo sólido de la comunidad hispana y se refirió a la ley de salud y a los intentos de obtener una reforma migratoria. “Cuando se conozcan las cifras, uno de los sectores más importantes de la sociedad estadounidense que será cubierta por la ley de salud y que no tenía seguro médico es la comunidad hispana”, señaló.

Agregó que “sólo habría deportaciones de criminales si la cámara de presentantes hubiera aprobado una reforma migratoria y la hubiera conciliado con el Senado”. Numerosas organizaciones consideran que el promedio anual sin precedentes de 400.000 deportaciones durante el mandato del presidente Barack Obama golpea de manera desproporcionada a la comunidad hispana.

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