El testamento de 40 páginas fue leído a casi dos meses de su fallecimiento en la sede de la Fundación Mandela en Johannesburgo, en presencia de sus familiares y de sus tres albaceas: Moseneke, George Bizos, ex abogado y amigo íntimo de Mandela, y el juez Themba Sangoni.
Nelson Mandela dejó una herencia valorada en 46 millones de rands (unos 4.1 millones de dólares), que incluye una finca de lujo en Johannesburgo, una vivienda en su natal Cabo Oriental y los derechos de autor de sus libros, entre ellos su autobiografía “Un largo camino hacia la libertad”.
El legado del icono de la lucha contra el régimen del Apartheid y Premio Nobel de la Paz 1993, también incluye las regalías por el uso de su imagen en la marca “Long Walk to Freedom” y de un “reality” de televisión de sus nietas llamado “Siendo Mandela”.
El testamento, redactado el 12 de octubre de 2004 y enmendado en 2008, establece que la herencia será para la familia de Mandela, sus colaboradores más cercanos, las instituciones educativas en las que estudió y para su partido, el Congreso Nacional Africano (CNA).
Moseneke explicó que el patrimonio será dividido entre tres fideicomisos creados por Mandela, entre ellos uno familiar valorado en 1.5 de rands, que será destinado a sus más de 30 hijos, nietos y bisnietos, lo cuales están plenamente de acuerdo. Durante la lectura, Moseneke destacó que Nelson Mandela estaba casado con su tercera y última esposa, Graça Machel, en sociedad de bienes gananciales, por lo que su viuda tiene derecho al 50.0 por ciento de la herencia total.
Por ley, Machel dispone de 90 días para decidir si ejerce ese derecho a la herencia, aunque ha expresado su deseo de renunciar a él y cumplir plenamente con la voluntad del ex presidente, según un reporte de la cadena SABC.
Mandela, fallecido el 5 de diciembre pasado, dejó un porcentaje de las regalías de su obras al gobernante Congreso Nacional Africano y 100 mil rands a la Universidad de Wits, la Secundaria Qunu y el Bachillerato Orlando West en Soweto, donde estudió.
El exmandatario de Sudáfrica también legó 50 mil rands a cada uno de sus antiguos colaboradores y amigos más cercanos, incluyendo Zelda la Grange, su ex asistente personal, y al vicepresidente del Tribunal Superior.
Dadas las diferencias y división dentro de la familia Mandela, se esperaba que la lectura del testamento desatara disputas sobre la repartición del legado del ex mandatario, sin embargo, Monseneke aseguró que los familiares han aceptado la última voluntad de Madiba.