Preparan realizadores de “Cochochi” quinto proyecto en Dominicana

Por Adela Mac Swiney González. Corresponsal

Madrid, 14 Oct (Notimex).- Preparando ya su quinto proyecto juntos, “Reinado de belleza”, los realizadores Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas quieren volver a filmar en México, donde tuvo lugar su ópera prima, “Cochochi”, filmada en la Sierra Tarahumara, en Chihuahua, norte del país.

La dominicana Laura Amelia Guzmán presentó en la Casa de América de Madrid, dentro de un ciclo de cine mexicano, la semana pasada, “Dólares de arena”, la cuarta película que comparte con el mexicano Israel Cárdenas, y que cuenta con Geraldine Chaplin y Yanet Mojica como protagonistas.

Entrevistada por Notimex, la cineasta habló de su nuevo proyecto, “Reinado de belleza”, una película que será filmada en República Dominicana y que es una ficción, un metacine.

“Yo vengo de una familia de cineastas, de varias generaciones de gente de cine y esta película es una reflexión sobre el desarrollo del cine en estas distintas generaciones”, expuso.

Apuntó que se trata de una actriz francesa que va a la República Dominicana a filmar una película de gran presupuesto, cuyo financiamiento al final se cae, pero ella decide continuar con el proyecto aunque lo haga de una manera más íntima y como “Dólares de arena”, se trata de nuevo de un filme que relaciona al país caribeño con Francia.

Sin embargo, resaltó, “me encantaría volver a filmar en México”, pero aclaró que hemos continuado la relación con México a través de coproducciones.

Guzmán y Cárdenas, que son pareja, participan en la película de Rubén Imaz, “Tormentero”, que está en postproducción; en el documental de Kyzza Terrazas “Somos lengua” y en “Mañana psicotrópica”, de Alexandro Aldrete.

“Tenemos varios proyectos en México, y ganas de volver a tener un proyecto allí también, así que después de “Reinado de belleza”, queremos volver a ese país”.

Sobre “Dólares de arena”, que actualmente está en salas de cine de México, Argentina y Brasil, señaló que aún no han encontrado distribuidor en España.

Se ha proyectado ya en República Dominicana, Costa Rica, Puerto Rico, Panamá y Francia, mientras que en Estados Unidos saldrá en noviembre, así como en Alemania pero en España no se ha conseguido distribución.

En el filme, como en sus otras películas, el lugar es un personaje más y en este caso se trata de una región que se llama Samaná, que es uno de los pueblos turísticos más importantes en República Dominicana, pero ha tenido un desarrollo turístico diferente del de Punta Cana, que es más organizado.

En Samaná, apuntó la cineasta, hay un turismo más orgánico, más libre, y allí han confluido franceses, italianos, alemanes, se requiere de mucha mano de obra haitiana y muchos dominicanos van allí a buscar oportunidades.

“En el resto de la isla se marcan mucho las diferencias entre pobres, ricos, muchos contrastes, y ahí no, se da mucho la cercanía de viejos y jóvenes juntos, y eso se da también en las relaciones de amor”, como ocurre en el filme entre Geraldine Chaplin y Yanet Mojica.

Guzmán hizo hincapié en que “las historias nos escogen a nosotros” y que tanto ella como Israel Guzmán buscan temas con preocupaciones sociales del entorno, “de qué mundo estamos viviendo, qué me rodea, qué siento que está sucediendo y está sucediendo tan rápido pero a la vez tan despacio que la gente no se detiene a reflexionar sobre ello”.

La de “Dólares de arena”, que surgió a partir de la lectura de un libro del francés Jean-Noël Pancrazi, es una historia de amor, aunque también pudiera ser de abuso, sin saber quién abusa de quien, en un trasfondo delicado como es el de las migraciones, agregó.

“Tenemos dos deseos que se cruzan, migración norte-sur, es decir una vieja francesa buscando una vida mejor, una vida más tranquila en el trópico donde no tenga que sufrir las consecuencias del frío y la frialdad de la gente y el caso de la chica dominicana que quiere emigrar a Europa sin tener idea de qué va a encontrar allá”, subrayó.

Hay, puntualizó, la soledad de ambas partes y la necesidad de hacer lo que sea necesario para sobrevivir.

Guzmán calificó la película de delicada, sutil y buena parte de esta delicadeza la da el hecho de haber cambiado el género de la relación, que inicialmente era entre dos hombres.

Confesó que con esta idea, los financiamientos no llegaban y les acusaron de hacer una historia “gay”, pero al cambiar el género, tras aceptar participar Geraldine Chaplin, todo cambió, “la historia fue nuestra y todo salió adelante”.

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