La infausta noticia de la muerte de Gabriel García Márquez, ocurrida el 17 de abril de 2014, significó, por mucho, la más importante nota periodística en el ámbito cultural de 2014. La reacción del mundo, no se hizo esperar.
“Gabo” nació en Aracataca, Colombia, el 6 de marzo de 1927, y luego de una vida dedicada a escribir cuentos, novelas y guiones para cine, además de ejercer el periodismo con singular profesionalismo, murió dejando tras sí una estela de grandes obras literarias.
Bautizado como Gabriel José de la Concordia García Márquez, el Premio Nobel de Literatura 1982 murió a la edad de 87 años tras pasar varios días internado en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, localizado en el Sur de la Ciudad de México.
El deceso fue lamentado por el presidente Enrique Peña Nieto, quien ese día, a las 16:02 horas, escribió tres mensajes en su cuenta de “Twitter”: “A nombre de México, expreso mi pesar por el fallecimiento de uno de los más grandes escritores de nuestros tiempos”.
Peña Nieto subrayó: “Con su obra Gabriel García Márquez hizo universal el realismo mágico latinoamericano, marcando la cultura de nuestro tiempo. Nacido en Colombia, por décadas hizo de México su hogar, enriqueciendo con ello nuestra vida nacional”.
Por su parte, el mandatario colombiano Juan Manuel Santos, manifestó su pesar a través de la misma red social: “¡Mil años de soledad y tristeza por la muerte del más grande colombiano de todos los tiempos! Solidaridad y condolencias a la ‘Gaba’ y familia”.
Santos decretó, esa noche, duelo nacional por tres días, y anunció, en un mensaje a sus coterráneos, que dio la orden de que “en todas las instituciones públicas se ice el pabellón nacional a media asta, como esperamos lo hagan los colombianos en sus casas”.
Rafael Tovar y de Teresa, presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), afirmó en “Twitter”: “Amigo entrañable, Gabriel García Márquez, equivalente en español a los grandes escritores rusos de los siglos XIX y XX. Lamento su pérdida”.
Al mismo tiempo el premio Nobel de Literatura peruano Mario Vargas Llosa espetó: “Ha muerto un gran escritor cuyas obras dieron gran difusión y prestigio a la literatura en lengua española en todos los países del mundo. Sus novelas sobrevivirán e irán ganando lectores por doquier. Envío mis condolencias a toda su familia”.
A la distancia, la comunidad literaria mexicana sigue evocando el hecho. El narrador Juan Villoro aseguró que el Gabriel García Márquez, “es quien más me ha marcado en mi ejercicio como periodista, por la gran capacidad que tuvo para transformar la realidad”.
El autor de “Los culpables” advirtió, en entrevista con Notimex que, sin embargo, “sería presuntuoso de mi parte decir que fui su discípulo. Gabriel García Márquez fue uno de los autores que más me ha marcado, sobre todo en el quehacer del periodismo honesto”.
También dramaturgo, Villoro añadió que los textos costeños del colombiano, en los que el autor de cuentos, novelas y narraciones trata de descifrar enigmas instalados en situaciones de corte cotidiano, aparentemente comunes, “se han colocado en lo que yo ahora escribo”.
A juicio de Juan Villoro, para el malogrado escritor colombiano siempre fue importante el enorme compromiso de entender la realidad, para cambiarla. “El nunca dejó de escribir periodismo, incluso estuvo comprometido en hacer empresas periodísticas”, recordó.
“Esa actividad quijotesca, que muchas veces tiene que ver con los fracasos, los gastos y los derroches de dinero, él la emprendió orgulloso, porque entendió el periodismo como un instrumento de transformación de la realidad”, manifestó el escritor mexicano.
Villoro explicó que realmente las cosas suceden dos veces. “Primero ocurren en el mundo de los hechos y luego en los comentarios que hacemos de los hechos, y toda esa representación de la realidad, que es esencial para transformarla, pasa por el periodismo”.
En tanto, el historiador, escritor y editor Enrique Krauze recordó al ganador del Premio Nobel de Literatura porque “su prodigiosa literatura acompañó siempre a mi generación e iluminó nuestras vidas. Ahora Gabriel García Márquez pertenece a la eternidad”.
La muerte del laureado autor conmocionó todos los sectores culturales y el director del Festival Internacional Cervantino (FIC), Jorge Volpi, dijo: “Junto con Jorge Luis Borges, García Márquez fue el más grande narrador en lengua española del siglo XX.
Elena Poniatowska también lo evocó: “Quiero recordar a nuestro querido ‘Gabo’. Antes éramos los condenados de la tierra, término que acuñó Frantz Fanon al referirse a los países del Tercer Mundo, pero con sus ‘Cien años de soledad’, García Márquez le dio alas a América Latina. Y es ese vuelo el que ya nos envuelve y nos levanta”.
De García Márquez, se han vendido más de 40 millones de ejemplares, en 30 idiomas. Destacan sus novelas “La hojarasca” (1955), “El coronel no tiene quien le escriba” (1957), La mala hora (1961), “Cien años de soledad”, (1967) y “El otoño del patriarca” (1975).
Otras novelas de extraordinario éxito son “Crónica de una muerte anunciada” (1981), “El amor en los tiempos del cólera” (1985), “El general en su laberinto (1989), “Del amor y otros demonios” (1994) y “Memoria de mis putas tristes” (2004) con varias reimpresiones.
De sus reportajes más celebrados se pueden citar “Relato de un náufrago” (1970), “Noticia de un secuestro” (1996), “Obra periodística completa” (1999) y el primer tomo de sus memorias, “Vivir para contarla” (2002).
“Gabo” incursionó también en el cuento, con entregas como “Ojos de perro azul” (1955), “Los funerales de la Mamá grande” (1962) y “La irresistible y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada” (1972), así como “Doce cuentos peregrinos” (1992).