México me dio todo lo que un artista puede soñar: Jiménez Deredia

* El escultor costarricense expone en calles de la capital 15 obras monumentales

México, 27 Nov (Notimex).- “El arte es un mensaje al espíritu, al alma del ser humano y de los pueblos. Mi pensamiento, que es elaboración de una reflexión de muchísimos años, da una idea de paz que nace del encuentro con nosotros mismos en el momento actual de globalización, cuando nos tratan de homologar a todos y meternos en un solo cajón”.

Así se expresó hoy el escultor Jorge Jiménez Deredia, al inaugurar su exposición “Una génesis para la paz” en el Palacio de Bellas Artes, acto al que asistieron el presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Rafael Tovar y de Teresa, y la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), María Cristina García Cepeda.

“La cultura estimula en el espíritu de los seres humanos el encuentro consigo mismo para dar al mundo un mensaje positivo de armonía y esperanza. Espero que la exposición sea un canto de esperanza en la Ciudad de México, y agradezco a todos los mexicanos porque no me pueden dar más: Me han dado todo lo que un artista puede soñar en su vida”, exclamó.

El artista costarricense añadió que la mejor resistencia que se puede dar a esa situación “es dar un mensaje de paz, porque sólo con el encuentro de los seres humanos consigo mismo, se encuentra el núcleo y la verdad última de la paz. Nosotros hacemos un viaje en una astronave llamada Tierra. Ese viaje nació en el momento cero, el del Bing Bang”.

El ser humano, dijo, es polvo de estrellas que ha transmutado desde aquel momento hasta lo que hoy es. “Traemos dentro de nuestra alma la memoria del universo y la muy profunda historia que nos ha hecho eslabones de la tradiciones. Interpretamos y reinterpretamos la memoria de nuestros pueblos en la ruta de la paz, de Canadá a la Tierra del Fuego”, dijo.

Eduardo Vázquez Martín, secretario de Cultura de esta ciudad, y Ricardo Salinas Pliego, presidente del Grupo empresarial Salinas, también estuvieron presentes en la ceremonia de inauguración de la muestra, que tiene plantada un grupo de 15 conjuntos escultóricos en el corredor Palacio de Bellas, Paseo de la Reforma, Alameda y Plaza de la República.

Con formas circulares y ovoides, las piezas describen la transformación de la materia, que según el artista “nos lleva a tomar conciencia de que somos polvo de estrellas en transmutación”. Están al aire libre para dialogar entre ellas y con el público, y según Vázquez Martín, “desde hoy son parte de la ciudad, son huéspedes y ciudadanas de aquí”.

Las obras en mármol y en bronce de la muestra “Jiménez Deredia. Una génesis para la paz”, permanecerá hasta el 31 de marzo de 2016 y es la Plaza de la República donde se presentan siete obras monumentales, “Génesis fuerza ancestral”, “Génesis evolución”, “Génesis arrullo”, “Continuación”, “Recuerdo profundo”, “Autorretrato” y “Participación cósmica”.

En la explanada de Bellas Artes, durante cuatro meses los paseantes podrán disfrutar de “Génesis del huevo” y “Génesis de canto a la vida”, mientras que la Alameda Central alberga “Pareja”, “Crepúsculo”, “Encuentro”, “Sueño” y “Centinela”. Desde ahora, el público transeúnte se detiene para admirar, tocar y posar ante las esculturas para la foto.

En este diálogo que el artista costarricense radicado en Italia desde 1976 busca tener con los espectadores, montó en Paseo de la Reforma “Evolución”, escultura que forma parte de un gran proyecto cuando 60 de sus obras fueron expuestas en 2009 en la Ruta de la Paz, a lo largo de América, inspirada en los símbolos de todas las diferentes culturas.

Para montar la magna exposición en la Ciudad de México, comentó Jiménez Deredia, tuvieron que crear una logística trasatlántica y titánica debido a las monumentales dimensiones de las obras, pues los conjuntos escultóricos fueron traídos de Italia, España y Costa Rica. Nada más “Génesis de canto a la vida”, mide 2.20 x 7.85 x 0.80 metros.

El proyecto del escultor, quien ha exhibido en el Coliseo y el Foro Romano, tiene como referente la forma circular o esférica, “pues representa el momento cuando los contrarios se integran y empiezan a luchar entre ellos hasta encontrar la paz, como el ying y el yang de la filosofía taoísta; un desafío de los seres humanos es encontrar la paz interior”, concluyó.

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