YAKARTA, Indonesia (AP) Un fallo en el sistema de control de timón que se había registrado en 23 ocasiones en los 12 meses anteriores, combinado con la respuesta de los pilotos, provocó el accidente el año pasado de un avión de AirAsia en el que murieron 162 personas, según dijeron el martes investigadores indonesios.
El análisis de los datos del vuelo 8501 muestra que el Airbus A320 tuvo problemas con el sistema de control de timón cuando volaba entre la ciudad indonesia de Surabaya y Singapur el 28 de diciembre, según el Comité Nacional de Seguridad de Transportes.
Los registros de mantenimiento del avión muestran que se había informado de problemas con el sistema de timón de la nave en 23 ocasiones en los 12 meses previos al siniestro, con incidentes más frecuentes en los tres meses previos al desastre. El problema se debía a una grieta en una junta soldada en un circuito electrónico.
Ese problema por sí solo no debería haber sido peligroso, señaló el investigador Nurcahyo Utomo. Pero tras la cuarta ocasión en la que saltó la alarma durante el vuelo, al parecer un miembro de la tripulación se saltó las recomendaciones y retiró un interruptor del circuito en un intento de resetear el sistema, dijo.
Entonces, el piloto automático se desconectó y el avión empezó a inclinarse, pero durante nueve segundos el control manual del avión no detectó el movimiento, explicó el investigador. La aeronave empezó a ascender deprisa antes de desacelerar y precipitarse hacia el mar de Java.
La grabadora de voz del avión indicaba que en un momento dado, el piloto dijo “descienda”, pero en realidad el avión ganaba altura, dijo Utomo.
“Parecía que hubiera un problema de comunicación entre el piloto y el copiloto tras el cuarto fallo”, dijo.
Esas mismas alarmas habían saltado tres días antes del siniestro con el mismo piloto, que vio cómo un técnico en tierra resolvía el problema al retirar el interruptor y volver a colocarlo, indicaron Utomo y el informe de la investigación.
El último contacto entre los pilotos y los controladores aéreos indicaba que entraban en una zona de tormentas. Pidieron ascender de 32.000 pies (9.753 metros) a 38.000 metros (11.582 metros) para evitar el mal tiempo, pero se les negó la autorización debido al intenso tráfico aéreo. Cuatro minuto más tarde, el avión desapareció del radar. No se recibió una llamada de auxilio.
“AirAsia, el fabricante y la industria de la aviación pueden aprender mucho de esto”, escribió en Twitter el director ejecutivo de AirAsia, Tony Fernandes. “No dejaremos ninguna piedra por voltear para asegurarnos de que la industria aprende de este trágico incidente”.