Fosa digna, sepulcro olvidado en Día de Muertos en Yucatán

Por Juan Carlos Gutiérrez Castillo. Corresponsal

Mérida, 1 Nov (Notimex).- Miles y miles de meridanos visitan el domingo y lunes los sepulcros de sus familiares en los distintos cementerios de esta capital, donde un grupo de fosas permanecerá solitario, como siempre, sin flores, sin rezos y sin “Hanal Pixán” (comida de ánimas en maya).

Llamada en todos lados como la fosa común, la “fosa digna”, como es denominada en Yucatán, tiene los cuerpos de cientos de personas que yacen en su interior al no haber sido reclamadas, unas pese a ser identificadas y otras por carecer de datos que permitan saber quiénes fueron en vida.

De acuerdo con el director del Servicio Médico Forense (Semefo) de Yucatán, Luis Fernando Peniche Centeno, el concepto de “fosa digna” difiere del generalmente conocido de “fosa común”, toda vez que en los hechos así es, pues los cuerpos que yacen en una zona especial del cementerio de Xoclán de esta ciudad no están enterrados en un espacio común, ni están apilados uno sobre otro, sino que son conservados en bóvedas de cemento, donde a lo sumo, hay dos ocupantes.

Esto, dijo, tiene en parte su origen en usos y costumbres aún vigentes en la entidad, por lo que en el caso de las mujeres, nunca una va acompañada de otra, sea conocida (identificada) o no y en el de los varones, uno va solo en una bóveda si es conocido. Los únicos que van acompañados en un solo espacio son aquellos no identificados.

El funcionario, quien no tenía a la mano registros de todos los cuerpos enterrados en la fosa digna desde la apertura del cementerio a inicios de la década de los ochenta del siglo pasado, pero contabilizó en unos 120 los sepultados a partir de 2009 hasta ahora, indicó que la mayoría han sido hombres, un menor porcentaje mujeres y ningún infante, así como tampoco personas oriundas de otras regiones allende la Península de Yucatán.

Al respecto, agregó que las características de la gente de Yucatán, son muy propias, muy particulares y precisas, por eso y por los estudios a los que se les someten permiten concluir que los cuerpos depositados son de la región, aún los desconocidos.

En entrevista con Notimex, Peniche Centeno explicó que los cuerpos son depositados en una bolsa negra, no biodegradable, que los guarda en su interior, con una etiqueta y un brazalete preservado por una mica con datos que permiten su eventual identificación al ser cotejados con el expediente correspondiente que permanece en los archivos del Semefo.

Agregó que previamente, los cuerpos son sometidos a un procedimiento que pudiera parecer algo complicado, por lo laborioso y preciso, pero que es necesario para llevar a buen término y de manera legal la tarea de identificar los restos de una persona en caso de ser necesario.

Este procedimiento inicia cuando el cuerpo es levantado por la autoridad en el sitio en el que murió, o fue hallado muerto, tras lo cual es llevado al Semefo, donde al llegar su personal procede inicialmente a la toma de fotografías del cuerpo en el estado en el que fue hallado, así como del rostro, de sus ropas, tatuajes, lunares, cicratrices de cirugías quirúrgicas, amputaciones, de la cavidad bucal con píezas dentarias para retratar faltantes, amalgamas, etcétera, que ayuden a la identificación.

Esto, explicó, contribuye a esclarecer, con base en el molde dental, si las heridas, algunas de ellas posiblemente mordidas, se las autoinflingió la víctima o fueron ocasionadas por otra persona.

Agregó que prosigue la integración del expediente y de la ficha con datos del sitio, dirección, día, hora y condiciones en las que el cuerpo fue levantado y, posteriormente, del médico que hizo la necropsia y de su auxiliar.

En la entrevista, realizada en la sala de necropcias del Semefo, que por lo moderno, limpio y ordenado, más que un forense parece un aula universitaria de medicina o un set de televisión de una serie de detectives, Peniche Centeno añade que realizan una bitácora por cada caso como parte de la integración del expediente.

Como parte de esta documentación, apuntó que toman la media filiación, el tipo de cabello, su color, el tamaño de la frente, si es pequeña, ancha, chica, de las cejas, si son escasas, arqueadas o en punta, forma y color de los ojos, la nariz, si es aguileña o chata, bigotes, además de tomar huellas de los dedos, de las palmas de las manos y de las plantas de los pies, lo cual solo se hace en adultos, no en menores.

Esto, precisó, pues los menores por su edad, carecen de documentación que pueda ser cotejada con documentación que es solo para gente de 18 años o más, como IFE o cartilla militar. Otro documento como el Acta de Nacimiento registra solo las huellas del pie del recién nacido, las cuales cambian conforme crece.

Otra manera de identificar al fallecido, en caso de que haya sido alguien con antecedentes delictivos es cotejar esa información personal con instancias como Plataforma México, la cual arroja si los restos corresponden a alguien que en algún momento cometió un ilícito y así se le puede identificar.

El odontólogo forense de profesión con amplios y específicos estudios posteriores en la materia, agregó que el Semefo tiene cinco refrigeradores para mantener cuerpos frescos (con menos de 24 horas de muerte patológica (enfermedad) o por hecho violento (accidente o asesinado). A estos cuerpos los mantiene bajo una temperatura de más dos grados sobre cero.

Otros cuerpos hallados cuando ya su estado de descomposición había iniciado son puestos en congeladores (no refrigeradores) bajo una temperatura de menos 2 o tres grados centígrados, lo que detiene el proceso de descomposición y la proliferación bacteriana.

Entre estos cadáveres están los de aquellas personas que murieron como consecuencia de padecimientos derivados del VIH-SIDA, Tuberculosis que sufren procesos infecciosos y con mayor riesgo en su descomposición y que son mantenidos aparte en una zona especial por el tipo de bacterias que portan y que se multiplican tras su muerte.

Por cierto, una muestra de la sangre de las personas que llegan al Semefo también es analizada, congelada y archivada por los químicos que la mantienen bajo resguardo en caso de ser requerida como complemento de una investigación o un proceso legal.

El especialista agregó que todos esos cuerpos son mantenidos en las instalaciones del Semefo a lo sumo por dos meses y un poco más en lo que el papeleo y tramitología ante el Ministerio Público, el Registro Civil y el cementerio de Xoclán permite su disposición hacia la “fosa digna” y, también, para dar cabida a los que van llegando a esas instalaciones que en total tienen espacio para 25.

Ya una vez en la fosa digna y con la documentación archivada, en caso de que los familiares identifiquen al occiso (a) y reclamen su cuerpo, se procede a la confrontación de datos para seguir con la exhumación, con el fin de que los restos sean trasladados a donde los deudos mejor consideren.

Esos datos, indicó el entrevistado, tienen documentación como el Acta de Defunción del Registro Civil (con copia), permiso de inhumación, anuencia del Ministerio Público, boleta del cementerio, número de carpeta de investigación, lugar de donde provino, su nombre o si era desconocido, fecha de levantamiento y de entierro y expediente con foto.

Agregó que un factor muy importante para la identificación es contar con los servicios de una antropóloga forense basada en el análisis de la “cuarta costal” (una costilla), puede concluir la edad de la persona fallecida con un margen de error de tres o menos tres años.

Este tipo de servicio, dijo, existe solo en la mitad de las procuradurías o fiscalías del país en el que también, de acuerdo con lo que los encuentros con sus colegas le han permitido inferir, no hay otro concepto de “fosa digna”, como ocurre en Yucatán, pues en otros sitios las personas son enterradas, también en bolsas, pero en terrenos que solamente están divididos por cuadrantes, los cuales, a su vez, identifican con señalamientos.

Peniche Centeno destacó que todos los cuerpos que son recogidos en Yucatán y que carecen de identificación, son casi inmediatamente trasladados al Semefo, pues no hay otras instalaciones de ese tipo en la entidad y que cuando reciben la noticia de una muerte en el mismo día, dan solo 12 horas para que sea reclamado y en caso contrario, lo envían a Mérida para evitar que su eventual descomposición constituya un riesgo sanitario.

Hay algunos casos en el interior del estado, en zonas rurales o marginadas en las que los usos y costumbres llevan a los parientes a enterrar a su familiar sin dar parte al Registro Civil, pero el problema de ellos son las consecuencias legales que impiden, por ejemplo, a la viuda, cobrar una pensión, o un seguro, o dar fe de la muerte ante una autoridad o instancia.

Por ello, abundó, se debe realizar la exhumación y comprobar ante la autoridad la identidad de la persona finada, para obtener un Acta de Defunción que permita certificar el hecho legalmente y con ello proceder a lo que la familia mejor convenga en el marco debido.

Por esa certificación y coordinación entre las autoridades, en Yucatán todas las personas que fallecen, tienen una fosa legal, no una clandestina, como desafortunadamente ocurre en otros lugares, explicó el especialista.

Detalló también que el promedio de personas que van a la fosa digna en Yucatán es de unas 20 anualmente, de las cuales una tercera parte sí logra ser identificada posteriormente es exhumada en el panteón de Xoclán, ubicada tan solo a unos cuantos pasos de donde el Papa Juan Pablo II ofició una misa ante más de un millón de personas el 11 de agosto de 1993.

Peniche Centeno, de 58 años, es odontólogo forense, tiene estudios en ciencia forense, una especialidad en criminalística, una maestría en esa misma disciplina y otros en antropología forense, cursados en Puebla, en la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJFD), en la de Hidalgo y en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), respectivamente.

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