Enfermeras, apoyo incondicional de los pacientes

* 6 de enero, día de la enfermera y el enfermero

México, 5 Ene (Notimex).- Vigilantes de la salud, compañeros en la soledad, apoyo del convaleciente, son algunas de las tareas de las y los enfermeros, quienes cada día se entregan con dedicación a sus pacientes, los cuales además de medicamentos, necesitan una pequeña dosis de cariño para seguir adelante con su tratamiento.

En 1931, el médico José Castro Villagrana, en aquel entonces director del Hospital Juárez de México, instituyó el 6 de enero como día la enfermera y enfermero, pues consideró su presencia como un “regalo de reyes” para los pacientes.

“Una enfermera es la cuidadora, custodia de un paciente, tenemos que estar a la vanguardia, ser muy objetivos, precisos, hacer nuestro trabajo con mucha conciencia y excelencia. Debemos escucharlos y apapacharlos”, comentó la exenfermera Ana María Rosas Hernández.

En entrevista con Notimex, recordó que durante 35 años de carrera, para ella lo más importante siempre fue quitar el dolor al paciente de forma oportuna, exacta y perfecta, pues se trata de un ser humano que requiere cuidados especiales, el cual llega al hospital con dolencias físicas y sobretodo emocionales.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la enfermería abarca atención autónoma y colaboración dispensada a personas de todas las edades, familias, grupos y comunidades, enfermos o no, y en todas circunstancias.

“Si yo a mi paciente no lo ayudo, no lo cuido y no lo mimo, se viene abajo. Si al paciente se le inyecta amor con su respectivo tratamiento médico, se siente mejor, sale adelante”, comentó.

Ana María Rosas trabajó ocho años en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y 27 en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), de los cuales, los momentos más difíciles era la muerte de la gente.

“Nosotros observamos que no se nos quiebren, que no se mueran. Mi misión como enfermera es ser ángel de la guarda de mi paciente, mientras este en mi custodia debo hacer lo posible para que este bien”, expresó.

De acuerdo con el Sistema Nacional de Salud, hay casi 300 mil enfermeras o enfermeros, mientras que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) revela que de cada cien profesionales de enfermería 85 son mujeres.

Asimismo, por cada 100 personas con esta ocupación, 43 son profesionistas o especialistas, 31 técnicas y 26 auxiliares en enfermería.

En México, instituciones educativas como el Instituto Politécnico Nacional (IPN), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) ofrecen la carrera de enfermería.

Rosas Hernández estudió en la Escuela Libre de Homeopatía de México. Además, realizó la carrera en la Facultad de Enfermería de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) con sede en la clínica Gineco 4 del IMSS.

Del mismo modo, Ana María trasladó por más de 10 años la pasión por su profesión a las aulas de la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia de la UNAM, donde instruyó a los estudiantes a tener amor y respeto por la carrera y sobre todo por los convalecientes.

Siempre preocupada por el bienestar de la gente que estaba en el hospital, Rosas Hernández hizo 280 cursos y 20 diplomados, con el objetivo de dar una mejor atención. También realizó varios trípticos informativos, que repartía entre sus compañeras.

Debido al alto índice de personas amputadas en la clínica que atendía, desarrolló su tesis sobre pie diabético, asesorada en todo momento por un grupo de médicos, que al igual que ella, buscaban brindar un sobresaliente servicio a los pacientes.

Con 64 años de edad, Ana María Rosas recuerda con cariño aquellos tiempos de enfermera, mismos que asegura extrañar, pues ver la recuperación progresiva de sus pacientes la llenaba de alegría.

La Encuesta sobre la Percepción Pública de la Ciencia y la Tecnología en México (ENPECYT) 2013 del INEGI, revela que la enfermería es la segunda ocupación más respetada y valorada por la sociedad mexicana, sólo detrás de los bomberos.

“No me arrepiento de haber sido enfermera. Sacrifiqué muchas cosas: mis hijas, mi casa, mi esposo, pero si pudiera nacer otra vez, volvería a ser enfermera”, concluye Ana María.

De día o de noche, los 365 días del año, bebés, niños, embarazadas, ancianos, adultos y jóvenes, han recibido de las enfermeras desde una inyección hasta los cuidados más delicados, siempre con cariño y dedicación.

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