Washington, 13 Ene (Notimex).- El grupo Takata, productor mundial de bolsas de aire para automóviles, se declaró hoy culpable de fraude y aceptó pagar mil millones de dólares de multa por instalar productos defectuosos en autos vendidos en Estados Unidos.
El Departamento de Justicia develó además un encausamiento criminal contra tres altos ejecutivos de Takata, acusados de fraude y conspiración por acciones relacionadas con el delito.
Durante años, Takata repetida y sistemáticamente falsificó datos críticos de pruebas sobre la seguridad de sus productos, deploró el jefe de la Sección de Fraudes del Departamento de Justicia, Andrew Weissman.
La Administración de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA) había impuesto la mayor multa de su historia, de hasta 200 millones de dólares, a Takata por no develar voluntariamente los defectos en sus productos.
La NHTSA, dependiente del Departamento de Transporte (DOT), utilizó también su autoridad para acelerar la reparación de los vehículos con bolsas de aire defectuosas, que ocasionaron al menos siete muertes y más de 100 heridos en Estados Unidos.
En 2015, el DOT informó que un total de 34 millones de vehículos en circulación en Estados Unidos serán revisados luego que Takata reconoció los defectos que pueden causar la muerte de conductores y pasajeros.
Se trató de la revisión oficial de vehículos automotores más compleja y extensa en la historia.
El Departamento de Transporte inició las acciones luego de encontrar que un propulsor puede degradarse y causar rupturas en las bolsas de aires.
Entre los fabricantes afectados figuran Acura, Audi, BMW, Chrysler, Fiat, Ford, General Motors, Honda, Hyundaim Infiniti, Jagar, Kia, Land Rover, Mazda, Mercedes-Bens, Mini, Mitsubishi, Nissan, Porsche, Smart, Subaru, Toyota, Volkswagen y Volvo.
Hasta el momento, no se ha encontrado la causa que ocasiona el desperfecto, pero la investigación preliminar apunta a una posible filtración de humedad que penetra los mecanismos de inflado defectuosos.
La humedad causa cambios en la estructura del propulsor que se incendia cuando se activa la bolsa de aire, produciendo una presión excesiva que causa la ruptura del mecanismo de inflado y lanza esquirlas metálicas capaces de heridas serias o la muerte.