La hija de Salma Hayek ya es toda una empresaria. Hijo de tigre, pintito

La pequeña sigue los pasos de sus padres. François-Henri Pinault, su padre, es un magnate de los negocios

Salma Hayek es considerada una de las latinas más exitosas del mundo, la veracruzana traspasó fronteras a corta edad, hoy continúa su camino profesional y es, además, una destacada filántropa. Valentina Paloma, su hija, tuvo el mejor ejemplo.

La hija de Salma Hayek  parece haber heredado tanto la pasión interpretativa de su madre, que ya puso en práctica al doblar la película de animación El profeta, como el espíritu empresarial de su padre, el magnate francés François-Henri Pinault. La pequeña, de 9 años, ya es toda una empresaria, montó un pequeño negocio vendiendo a sus compañeros de clase slime casero, una masa elástica que sirve para que los niños puedan divertirse, llamada también blandiblú.

Slime, el producto que la hija de Salma Hayek produce.

Durante una entrevista a Salma en The Ellen DeGeneres Show, la mexicana contó “Ya tiene 9 años. Y está como loca con la moda del slime, que es una especie de pelota grande y viscosa que fabrican y con la que juegan. Se puede hacer de distintos colores, con purpurina. Ella está obsesionada y sabe cómo hacerlos y se está saliendo de control. Y ahora ha empezado a venderlo en el colegio”. Salma no está tan de acuerdo con la comercialización del producto, cree que su hija es aún muy pequeña, sin embargo, François piensa en grande.

Aparentemente Valentina comprende el concepto de relación costo-beneficio mejor de lo que sus padres esperaban y no tiene ningún problema en ofrecer un precio muy competitivo. Está entendiendo el negocio y la demanda no hace más que crecer.

“Ella le dijo a François que los vendía por

Valentina Paloma es igual de competitiva que su padre.

dos libras, y entonces empezamos a preguntarle cuáles eran los ingredientes, cuánto costaban y cuánto utilizaba para cada slime. Yo no me lo podía creer, yo estaba diciéndole todo eso y resulta que estaba cobrando poco porque la inversión es mayor y no te reporta ningún beneficio. Y ella me contestó: Sí que obtengo beneficio porque yo no pago los materiales, los pagan ustedes”, contó Salma también a Ellen. Sin duda, una niña astuta y ¿cómo no?, ya reza el dicho “de tal palo tal astilla”.

 

 

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