Recesión empeora en Brasil y Producto Interno Bruto cae 3.2 por ciento

Por Heriberto Araújo. Corresponsal.

Río de Janeiro, 1 Dic (Notimex).- El Producto Interno Bruto (PIB) de Brasil se contrajo 1.7 por ciento en el tercer trimestre del año y acumula en los primeros nueve meses de 2015 una caída del 3.2 por ciento, según datos oficiales publicados hoy aquí.

La mayor economía de América Latina suma ya tres trimestres consecutivos en recesión, con un empeoramiento generalizado de todos los indicadores macroeconómicos, que confirman el deterioro de la peor crisis que vive el país desde 1930.

De julio a septiembre la industria se contrajo 1.3 por ciento, el consumo de las familias cayó 1.5 por ciento, la actividad del sector agropecuario se redujo 2.4 por ciento e incluso las exportaciones, que venían recuperándose, disminuyeron 1.8 por ciento.

“Desde el primer trimestre de 2015 tenemos tasas negativas del PIB. En general, los índices están más negativos que en los trimestres anteriores”, señaló Claudia Dionisio, investigadora en el IBGE.

En comparación interanual, es decir, tomando como comparación el tercer trimestre de 2014, la economía del gigante sudamericano cayó 4.5 por ciento.

Los analistas preveían una recesión de entre el 0.9 y el 1.9 por ciento para este tercer trimestre, pero en general el pronóstico era que la caída sería cercana al 1.3 por ciento, menor a los resultados presentados este martes por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).

De hecho, los analistas pronosticaban que la economía se contraería un 3.2 por ciento para todo 2015, pero los datos publicados este martes indican que la caída del PIB brasileño probablemente se situará por encima de las previsiones más pesimistas.

La caída del consumo de las familias como consecuencia del repunte del desempleo, que roza el 9.0 por ciento, y de la inflación, cercana a los dos dígitos, influenciaron al desempeño económico del país, que pasa por una profunda crisis política que lastra su credibilidad en el exterior.

El Gobierno de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, no logró hasta ahora proponer una política económica que convenza a la mayoría del Parlamento, por lo que las reformas destinadas sobre todo a recortar gastos para equilibrar las cuentas están embarrancadas.

La crisis política, que se manifiesta en la amenaza de un eventual impeachment contra Rousseff, genera desconfianza y frena la inversión extranjera, mientras los escándalos de corrupción merman la credibilidad de empresas faro, como la estatal Petrobras.

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