Plantean programa nacional de prevención del suicidio

Tijuana, 4 Oct (Notimex).- El país necesita un programa nacional de prevención del suicidio pues, aunque sus niveles son bajos, ese fenómeno ha crecido y podría pasar a tener tasas medias de conducta suicida, señaló el especialista Luis Miguel Sánchez Loyo.

El número de suicidios en México y Baja California ha ido en aumento cada año de manera paulatina y en los últimos 40 años el fenómeno ha incrementado hasta en un 200 por ciento, anotó.

El director del organismo civil Decide Vivir México, enfocado a las conductas de riesgo y suicidios, indicó que la tendencia a quitarse la vida impera cada vez más “en jóvenes, personas en edad productiva sin ningún padecimiento o enfermedad degenerativa”.

Expuso que el problema se presenta en la mayoría de los países del mundo, incluyendo México; sin embargo, en una parte se han implementado programas de prevención que han logrado disminuir el fenómeno.

“En México, a pesar de que el número de suicidios ha incrementado en las últimas décadas, no tenemos todavía un programa de prevención y este problema continúa incrementándose”, comentó el psicólogo y doctor en ciencias de la conducta.

Este país, en el contexto internacional, es uno de los que refleja las tasas más bajas, “pero está a punto de brincar la línea que marca la Organización Mundial de la Salud (OMS), para ser considerado un país con tasas medias de conducta suicida”, dijo.

Baja California se encuentra por debajo de la media nacional respecto a la tasa de suicidios, además su número de habitantes no alcanza lo que en otras entidades, por lo que las cifras en este sentido son variables año tras año.

Empero, en el caso de Tijuana, la tasa se encuentra un poco por encima de la media nacional, pues desde 1999 a 2005 se ubicó con cinco suicidios por cada 100 mil habitantes, mientras que en el país fue de 4.3 y 4.6 suicidios por cada 100 mil.

En Baja California, y sobre todo en Tijuana, los suicidios se presentan más entre la población adulta, en tanto que a nivel nacional lo son más o menos en los mismos términos, seguidos por adolescentes.

El especialista consideró que el tema del suicidio en el país “es una asignatura pendiente”, pues aunque se trata de uno de los países en América Latina con mayor presencia del fenómeno no cuenta con un programa nacional que lo prevenga.

Otro factor que no abona al problema, opinó, es que sigue siendo visto como un tema exclusivo del sector salud, cuando debe tener más disciplinas involucradas, tanto del ámbito educativo como cultural, social, entre otras.

Ello debido a que son varios los factores que inciden en el fenómeno del suicidio; según un grupo de investigadores con los que ha venido trabajando, el tema es más sensible en periodos de crisis económicas.

“Porque quienes más lo cometen son hombre sometidos a presiones económicas, en situaciones de crisis porque el trabajo no alcanza a cubrir sus expectativas de subsistencia familiar”, apuntó el directivo del organismo civil.

En el caso de las mujeres, agregó, “lo que explica el comportamiento son las tasas de divorcios; en la medida en que se registran más separaciones de parejas se presentan más suicidios, aunque estrictamente las causas varían entre jóvenes y adultos”.

Respecto a los jóvenes se observó que pertenecen a familias que se pueden considerar atípicas en su constitución, con un sólo jefe de familia, padre o madre, que provienen de otras relaciones y obligan a sus hijos a convivir en una nueva situación precaria.

“Los hijos pasan más tiempo sin vigilancia, los hace más propensos al uso y abuso de alcohol y drogas, agregado a la posibilidad que vivan en un hogar donde impera la violencia familiar, física, verbal, condiciones que se van sumando”, anotó.

Una situación especial, apuntó, es que en una familia tradicional importa más valorar a los hijos “cuando son obedientes, lo que es una contradicción; padres que quieren hijos que obedezcan e hijos que quieren ser independientes, lo que provoca tensiones”.

Otro factor de riesgo son las redes sociales. “Estas pueden constituir un factor protector, pero también peligroso, sobre todo cuando los jóvenes son víctimas de acoso; sin apoyo familiar o de amigos eso los vuelve más vulnerables”.

Antes, recordó, los jóvenes dejaban sus problemas en la escuela o en casa, “ahora no, ahora los chicos llevan todos sus problemas a donde quiera que vayan, porque las relaciones conflictivas persisten a través de las redes sociales”.

Sostuvo que una familia con una buena comunicación, donde se resuelven de manera adecuada sus conflictos, sensible a los problemas de los hijos, puede ser una instancia que funcione de manera preventiva.

Sin embargo, subrayó que socialmente los ciudadanos no se encuentran lo suficientemente sensibilizados con esta temática porque consideran que existen otros problemas más apremiantes como los asesinatos o los accidentes.

Refirió que Decide Vivir México está enfocado a conductas de riesgo y capacitación de profesionales interesados en la prevención del suicidio, pues “necesitamos tener estrategias bien claras y definidas para incidir en la prevención”.

“Lo que queremos no es que haya menos suicidios, sino que haya menos intentos de suicidio, que los jóvenes y los adolescentes ni siquiera consideran esta conducta como una opción para la falsa resolución de sus problemas”, enfatizó.

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