Phyllis Dorothy James imprimió su sello a la novela negra británica

México, 26 Nov (Notimex).- Recordada por novelas policiacas como “Sangre inocente”, “La torre negra” y “La mortaja del ruiseñor”, la escritora británica Phyllis Dorothy James murió hace un año, el 27 de noviembre de 2014.

Considerada por la crítica especializada como una de las sucesoras de Agatha Christie (1891-1976) por escribir historias de suspenso y asesinatos misteriosos que por su calidad fueron adaptadas a la televisión y el cine.

Por su destacada aportación a las letras, en 1991 Phyllis Dorothy ingresó en la Cámara Alta del Parlamento del Reino Unido con el título de baronesa de Holland Park.

Phyllis Dorothy James White, quien firmaba sus escritos sólo como “P.D James” nació en Oxford, Orfordshire, Inglaterra el 3 de agosto de 1920, según informa el sitio web de la Enciclopedia Británica.

Hija de un funcionario de clase media, Phyllis creció en la ciudad universitaria de Cambridge, pero por dificultades económicas tuvo que interrumpir sus estudios a la edad de 16 años para ayudar a su familia.

En 1941 se casó con un estudiante de medicina que regresó de la guerra muy afectado y pasó gran parte de su vida en hospitales psiquiátricos. Debido a la condición de su esposo y para mantener a sus dos hijas, la escritora trabajó en la administración de un hospital.

En 1964 falleció su esposo, Phyllis cambió de trabajo e ingresó como funcionaria en el Departamento de Política Policial y Criminal como experta en delincuencia juvenil, según el sitio “www.biografiasyvidas.com”.

Esta experiencia marcó sin duda su comienzo en la literatura policiaca, que inició en la madurez de la escritora, y que se caracteriza por el dominio del detalle, así como por la perfecta descripción y caracterización de los personajes.

“Cúbranle el rostro” (1962) fue la primera de las novelas que escribió para una serie de novelas policiacas que tuvieron gran éxito y en las que aparece su famoso personaje Adam Dalgleish, el policía que resuelve numerosos casos en novelas posteriores.

Con “Sangre inocente” (1980) Phyllis Dorothy consolidó su carrera como novelista y demostró que podía incursionar en otros géneros con “Los hijos de los hombres” (1992), e corte futurista.

También destacan los títulos “La mortaja del ruiseñor” (1971), “La torre negra” (1975), “Muerte de un testigo perital” (1982), “Sabor a muerte” (1987), “Aparatos y deseos” (1989); y “Una cierta injusticia” de 1997.

En 1999 publicó su libro de memorias “La hora de la verdad: una año de mi vida” y después apareció “El faro y muerte en la clínica privada” en 2008.

Entre los reconocimientos de los que fue merecedora destacan el otorgado por la Sociedad de Autores y la British Broadcasting Corporation (BBC) de la que fue directora, en 1991 por sus enseñanzas en la Facultad de Bellas Artes, según datos de “www.buscabiografias.com”.

La autora quien afirmaba “Cuando escribo sobre un asesino, soy el asesino”, falleció en su casa de Oxford, el 27 de noviembre de 2014.

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