Leopoldo López se entrega ante el Ministerio de Justicia de Venezuela

Leopoldo López descartó marchar, como estaba previsto, afirmando que lo hacía para evitar hechos de violencia. “Tenía opción de irme, pero no me voy a ir de Venezuela nunca. La otra opción era quedarme escondido en la clandestinidad y no tenemos nada que esconder”, dijo López ante miles de sus seguidores poco antes de caminar hacia un cordón policial que atravesó para entregarse a las autoridades.

Agregó que se presentaba “ante una justicia corrupta” y destacó que si su arresto permite a “Venezuela despertar definitivamente y para que los venezolanos que queremos el cambio, mi encarcelamiento valdrá la pena”. “Les ruego que cuando yo pase y me entregue, les pido por favor que tengamos prudencia, sin confrontación”, dijo López, quien megáfono en mano y sobre el pedestal de una estatua se dirigió a los manifestantes, muchos de ellos estudiantes.

Resaltó que el lugar escogido para entregarse fue elegido para explicar de viva voz las razones de su lucha. “Esta lucha sí es por nuestros jóvenes, sí es por los estudiantes, por los reprimidos, por los encarcelados, por todo el pueblo de Venezuela que hoy está sufriendo colas, escasez, los jóvenes no tienen empleo ni futuro”, enfatizó.

“No arriesgaré a nadie, no caigamos en violencia”, agregó. Seguidamente avanzó y se montó en un vehículo blindado de la Guardia Nacional. Fue acompañado hasta el cordón policial por periodistas y un puñado de personas que no pudieron ir más allá de los piquetes policiales.

Las autoridades abrieron contra López, de 42 años y dirigente de la organización opositora Voluntad Popular, un proceso por su presunta responsabilidad en los violentos incidentes que se registraron el 12 de febrero en Caracas tras una multitudinaria marcha de universitarios y opositores contra el gobierno de Nicolás Maduro. El dirigente opositor negado las acusaciones y asegura que es un “perseguido político”.

La ahora suspendida marcha opositora había generado gran expectativa debido a que el alcalde oficialista de Caracas, Jorge Rodríguez, había negado el permiso de tránsito y a que la manifestación podía coincidir con una marcha que realizan empleados públicos petroleros y que culminará en el palacio de gobierno. Muchos temían que se generara una batalla campal en el centro de la ciudad “Soy inocente. No tengo nada que temer. Siempre daré la cara”, dijo Leopoldo López, vestido de blanco, que fue recibido con la entonación del himno nacional y entre la emoción y los vítores de miles de seguidores.

El lugar de concentración de los opositores había sido tomado desde temprano por varios cientos de policías y guardias nacionales. En la Plaza Brion, en el este de la ciudad, reporteros de The Associated Press pudieron observar varias tanquetas y centenares de guardias nacionales apostados en un aparente intento de impedir el paso de la marcha de opositores, que se había concentrado con la mayoría de los asistentes vestidos de blanco y llevando banderas y gorras en amarillo, azul y rojo, como el estandarte de Venezuela.

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