Guardia Costera concluye búsqueda de barco hundido

JACKSONVILLE, Florida, EE.UU. (AP) — La Guardia Costera informó el miércoles que abandonará la búsqueda de los 33 tripulantes de un buque carguero estadounidense que se hundió la semana pasada junto a las Bahamas durante el huracán Joaquín, mientras los investigadores se enfocan en encontrar el registro de datos de la embarcación, a 4,8 kilómetros (tres millas) de profundidad.

Una intensa búsqueda por mar y aire a lo largo de decenas de miles de kilómetros cuadrados resultó en el hallazgo de un cuerpo no identificado en un traje de supervivencia, un bote salvavidas severamente dañado y ningún indicio de los sobrevivientes de El Faro, del que se tuvieron noticias por última vez hace una semana, luego de navegar en aguas agrestes.

Mientras se preparan a concluir la búsqueda al anochecer, la Guardia Costera prácticamente confirmó el peor temor de los familiares, que se perdieron todos los cuerpos. A bordo viajaban 28 tripulantes estadounidenses y cinco más de Polonia.

“Cualquier decisión de suspender una búsqueda siempre es dolorosa”, dijo el capitán de la Guardia Costera, Mark Fedor. “Hicieron todo lo posible”.

Incluso antes del anuncio, las esperanzas de encontrar a alguien con vida eran mínimas.

“El barco se hundió. Y no se puede cuestionar el resultado. El barco se hundió y se llevó todo consigo. No se puede especular”, dijo Mary Shevory, madre de una de las tripulantes, Mariette Wright.

Robert Green, padre de LaShawn Rivera, mantenía la esperanza pese a la decisión de la Guardia Costera. “Los milagros suceden y solo se da la voluntad de Dios. Sigo rezando, esperanzado y optimista”.

El presidente Barack Obama prometió “apoyo total del gobierno estadounidense” mientras las autoridades investigan el naufragio del buque carguero. En un comunicado emitido la tarde del miércoles, Obama dijo que los familiares de la tripulación perdidos en altamar merecen respuestas, y que debe mantenerse a salvo a quienes trabajan en el mar.

El Faro se hundió el jueves en 4,5 kilómetros (15.000 pies) de agua al este de Bahamas, luego de perder propulsión en su intento por vencer por velocidad a Joaquín en la ruta naval entre Jacksonville, Florida y Puerto Rico, de acuerdo al dueño de la embarcación, Tote Maritime, y la Guardia Costera. El capitán reportó que el navío estaba escoriado y haciendo agua a través de una escotilla abierta. Fue entonces que cesaron las comunicaciones.

La llave al misterio de lo que provocó el naufragio y hundimiento podrían estar en la grabadora de datos, similar a la “caja negra” de un avión. El dispositivo, mandando señales en la oscuridad y aplastante presión del lecho marítimo, tiene una batería de 30 días una vez que toca el agua.

Asumiendo que se pueda localizar el dispositivo, la Junta Nacional de Seguridad de Transporte, trabajará con la Guardia Costera, la Marina y otras agencias para ingeniar la forma de sacarlo a la superficie, probablemente utilizando un submarino no tripulado a control remoto que sea capaz de viajar a tal profundidad.

Entre las preguntas que esta tragedia provocó están: ¿Qué provocó la pérdida de poder en la embarcación? ¿La presión de entregar la carga a tiempo fue factor en la decisión del capitán de apegarse a su horario? ¿La edad del barco, superior a los 40 años de edad, fue un factor en el hundimiento? Y ¿las fallas mecánicas fueron provocadas por la labor realizada en ese momento en el cuarto de máquinas?

La grabadora, obligatoria en todos los navíos de gran tamaño desde 2002, tendría las comunicaciones radiales, discusiones de instrucciones en el puente de mando, velocidad y ruta del barco, condición del casco, velocidad del viento y lecturas de radar. Por lo general, los dispositivos retienen información de 12 horas previas antes de tocar agua.

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Anderson reportó desde Miami. El periodista de The Associated Press Jason Dearen contribuyó desde Gainesville, Florida.

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