Gabriel Riva Palacio lamenta escaso apoyo para el cine de animación

* El ejecutivo de Huevocartoon dice que en el país este género se enfrenta a falta de recursos, escasa preparación y poca especialización

Por Ana Lucía Altamirano

México, 31 Oct (Notimex).- El cineasta y ejecutivo de Huevocartoon, Gabriel Riva Palacio, señaló que la falta de recursos, apoyos, así como la escasa preparación y especialización en el cine de animación son algunos de los problemas que enfrentan quienes se dedican a este género.

Con más de 15 años de experiencia, lapso en el que ha concretado tres películas de animación que han roto paradigmas en la taquilla, entre ellas “Un gallo con muchos huevos”, la primera de las realizaciones mexicanas en ser estrenadas en Estados Unidos que logró una recaudación de 9.2 millones de dólares, el también productor habla de los principales problemas de este género en el país, el cual dijo, está malentendido.

En entrevista con Notimex afirmó que por más esfuerzos que han hecho quienes se dedican a este rubro de explicar cómo es que funciona la animación y que sea reconocida como una industria, no hay una respuesta positiva al problema de parte de las instituciones oficiales.

Comentó que hacer este tipo de cine en México es sumamente costoso, por eso hay muy pocos profesionales en la dirección animada.

Como ejemplo señaló que una película de “live action” tiene un costo de alrededor de 30 millones de pesos y con esfuerzo puede resultar una gran película, pero acotó que filmar una historia de animación debe hacerse con ciertas limitaciones tecnológicas, y si acaso en el formato de 2D.

“Debes considerar que hacerla en 3D te va a costar 60 u 70 millones de pesos por los procesos que requiere, ya que tan sólo el hardware y el software requieren de unos 20 millones de pesos del presupuesto.

Por si fuera poco, Riva Palacio informó que se debe pagar una nómina de colaboradores durante casi cuatro años que dura el proceso de realización de la película animada.

“Como puedes apreciar, ello representa una gran limitante y por eso mucha gente no se avienta a invertir en este tipo de cintas, porque también para recuperar el dinero es tardado, a diferencia de un filme en ‘live action’ que es más rápido”, destacó.

Aseguró que los apoyos para realizar animación en México tampoco están ajustados a las necesidades de este tipo de filmes.

Abundó que aunque producciones de Huevocartoon han sido beneficiadas por programas como el Estímulo Fiscal a Proyectos de Inversión en la Producción y Distribución Cinematográfica Nacional (Eficine) o el Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (Fidecine), aún hay mucho qué entender para que un estudio de animación logre tener continuidad, es decir, hacer industria.

“Hemos tratado de acercarnos al Eficine y Fidecine para comentarles que sus reglas impiden que haya continuidad, lo cual orilla a los productores a buscar otro tipo de inversiones porque el Eficine te dice que no puedes aplicar a otro proyecto hasta que entregues una película terminada, pero para cuando yo la puedo entregar terminada ya corrí a todos”, destacó el productor.

“Es la primera vez que estamos logrando tener una firma de tres películas al hilo, eso después de 15 años de trabajar en animación y para tener continuidad, pero para lograrlo debimos convertirnos en la empresa de animación número uno en toda América Latina, fue así que logramos atraer inversión extranjera y mexicana que nos respaldó en todo momento”, señaló.

“Cada vez que se termina una película, la gente es brutalmente despedida porque no hay más, por tanto nos agradaría que Eficine y Fidecine lo analizaran, pero hay demasiados intereses en contra y los primeros enemigos somos nosotros mismos”, explicó Gabriel Riva Palacio, quien también habló del desconocimiento del propio gremio cinematográfico para la animación.

“No ven la animación como cineastas, incluso no se me va a olvidar el día que me encontré a Alejandro González Iñárritu en Estados Unidos y le dije: ‘Muchas gracias por tus películas’ y me dijo: ‘Bien, ¿tú quién eres?’ y al decirle que era ejecutivo de Huevocartoon, me respondió: ‘Qué bueno que alguien haga dibujitos en México’, y esa es la triste visión de algunos cineastas sobre la animación en México”.

La Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) en México no premia música en la animación, no reconoce la actuación, porque no entienden cómo funciona, no se entiende lo difícil que es hacer el sonido de una película de animación cuando no hay recursos. No se le reconoce a los animadores y a los guionistas o directores de animación como debe ser”.

Lamentó que solamente en Estados Unidos se designen categorías de la animación para disputar el Oscar, y que desde hace algunos años este rubro haya quedado desierto en la carrera por el Ariel.

Gabriel Riva Palacio no cede en sus esfuerzos por impulsar la animación mexicana, por eso, con una oportuna y gran visión ha llevado a su empresa a vender películas en países como Rusia, “nuestro trabajo es lo único que abre las puertas”, aseguró, como ocurrió con su más reciente estreno “Un gallo con muchos huevos”.

Subrayó que uno de los grandes aciertos fue haberla hecho en 3D, “pero sobre todo que llegamos a una calidad que compite a nivel internacional. Los distribuidores son muy sinceros y no arriesgan nada, aquí incluso cuando llegamos la primera vez había poco interés, pero cuando vieron la película nos hablaron porque estaban interesados”, comentó.

Orgulloso explicó que todo se ve en la calidad de la dirección, en el guión, en los acabados, así como en el ritmo de la película.

“Creo que la clasificación A que se le dio a esa cinta a diferencia de las dos anteriores (Una película de huevos y Otra película de huevos y un pollo) también hicieron que se vendiera mucho más fácil, pero sin la calidad no hubiera sido posible”.

Actualmente, el estudio de Huevocartoon trabaja en tres películas de manera simultánea, dos en español y de temática más local, y una más que será realizada en inglés, pero con guionistas mexicanos y estadunidenses.

Cuenta con el respaldo de inversionistas de Estados Unidos, lo que la hace alcanzar un presupuesto histórico de 10 millones de dólares para su producción.

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