EUA padece un patrón creciente de violencia armada

Por José López Zamorano. Corresponsal

Washington, 2 Dic (Notimex).- Al menos 35 personas han muerto este año en Estados Unidos víctimas de incidentes violentos múltiples, causados por individuos armados en lugares públicos como templos, centros comunitarios y oficinas públicas.

El creciente número de muertes ocurren en momentos en que Estados Unidos no ha logrado un consenso para reformar las leyes de control de armas de fuego, a pesar de que una mayoría de la población respalda el endurecimiento de las legislaciones vigentes.

“La violencia armada se ha convertido en un cáncer para esta nación. Somos mejores que eso”, sostuvo el líder de la minoría demócrata del Senado, Harry Reid. “No hay excusa para la inacción. No podemos entumecernos ni sentirnos impotentes ante la violencia armada”.

Aunque el gobierno de William Clinton promulgó una ley para prohibir las armas de asalto, que ilegalizó la manufacturas de armas automáticas para uso civil en 1994, el presidente George W. Bush la dejó expirar en 2004 sin que fuera renovada por el Congreso.

Se estima que más de 300 millones de armas se encuentran en circulación en el país, equivalentes a una por habitante y su disponibilidad es vista por expertos como uno de los problemas que contribuyen a la proliferación de actos violentos.

La muerte de al menos 14 personas en un centro de rehabilitación de San Bernardino, California, apenas el más reciente incidente, es un tipo que ha involucrado víctimas múltiples.

Apenas la semana pasada murieron tres personas y nueve más resultaron heridas fuera de la clínica de planificación familiar de la organización Planned Parenthood en Colorado Spring, Colorado. Robert Lewis Dear fue acusado de los asesinatos.

En octubre pasado, nueve personas murieron y otras nueve resultaron heridas en el Colegio Comunitario Umpqua en Roseburg, Oregon, cuando el estudiante Sean Harper-Mercer asesinó a ocho de sus compañeros y a un maestro antes de quitarse la vida. El atacante abanderaba la causa supremacista.

En junio pasado, otro supremacista, el joven Dylan Storm Roof asesinó a nueve personas en la iglesia histórica negra Emanuel de Charleston, en Carolina del Sur. Fue detenido por la policía.

Después del incidente en Oregon, el presidente Barack Obama emplazó a legisladores de ambos partidos a conjuntar esfuerzos para aprobar legislaciones que eviten que las armas de fuego caigan en manos de criminales.

Los partidarios del control de armas desean que la Ley Brady sea expandida para cubrir al 40 por ciento de las transacciones de compras de armas de fuego que no están cubiertas por la legislación actual.

La Ley Brady, nombrada en reconocimiento de James Brady, exportavoz del presidente Ronald Reagan y quien resultó herido en el frustrado intento de asesinato del mandatario en 1981, obliga a revisar los antecedentes criminales o mentales de potenciales compradores.

Aunque la adquisición de armas de fuego está regulada cuando se adquieren en armerías registradas o expendios establecidos, las transacciones no se reportan si ocurren en mercados ambulantes, ferias o entre particulares.

A raíz de los más recientes incidentes en Norteamérica la mayoría de estadunidenses apoya leyes más estrictas para la venta de armas.

Un 55 por ciento de los estadunidenses se pronunció a favor de leyes que hagan más restrictivo el acceso a las armas de fuego, un incremento de ocho puntos porcentuales en relación con el 2014, de acuerdo por un nuevo sondeo de octubre de la firma de opinión Gallup.

De igual forma, una proporción menor de estadunidenses favorecen regulaciones menos estrictas, mientras que el porcentaje a favor de que permanezca sin cambios la situación actual se ha mantenido inalterable o ligeramente más baja, según la encuesta.

En 2007, el año en que ocurrió la masacre de Virginia Tech, donde murieron más de 30 estudiantes, el apoyo a leyes más estrictas era del 51 por ciento. En 2012, tras la matanza de niños en la escuela Sandy Hook, la proporción aumentó temporalmente a 58 por ciento.

Pero a pesar de ello no se ha aprobado ninguna legislación de control de armas ni en la Cámara de Representantes ni en el Senado.

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