EEUU: Proyectos de granjas acuícolas se estancan

SAN DIEGO (AP) — Casi el 90% de los maricos que consumen los estadounidenses son importados, un dato que la administración de Obama prometió comenzar a cambiar al expandir las granjas acuícolas a aguas federales.

Sin embargo, casi dos años después de que se emitiera el primer permiso, aún no hay granjas acuícolas en las aguas costeras de Estados Unidos.

Los pioneros de la acuicultura en aguas abiertas señalan que los planes se han visto frenados o abandonados debido al largo y costoso proceso de permisos federales, que requiere un extenso monitoreo ambiental y recolección de datos.

Los solicitantes a los que se les otorgó el primer permiso en aguas federales en 2014, han gastado un millón de dólares y no han sembrado un solo mejillón en el sur de California. Otro pionero en Hawaii dijo que existe demasiada burocracia, por lo que planea iniciar su granja acuícola en México y exportar a Estados Unidos.

En tanto, los inversionistas están cautelosos de embarcarse en el negocio sin que haya granjas acuícolas de ese tipo en existencia.

“Esos empleos pudieron estar en Estados Unidos, la inversión pudo estar en Estados Unidos, pero de ninguna forma puedo hablar con mis inversionistas si no hay regulaciones claras, y la carga de monitoreo es ridícula”, comentó Neil Sims, director general de Kampachi Farms.

“Ahora practico mi español”, dijo Sims, quien recibió permiso para sus corrales en las costas de Hawaii. Esperaba desarrollar una operación comercial para criar pez Kampachi de calidad sashimi, pero mejor pondrá su granja el año entrante frente a las costas de la península de Baja California, en México.

Señaló que el proceso mexicano era riguroso pero más eficiente.

Las autoridades federales señalan que el proceso burocrático se debe, en parte, a que es una nueva frontera. No hay un marco reglamentario para aguas federales. Aseguran que el proceso debe ser optimizado pero manteniendo los estándares ambientales.

Casi la mitad de los alimentos marítimos que consumen los estadounidenses provienen de granjas en el extranjero, de acuerdo a la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA por sus siglas en inglés).

Un borrador del plan estratégico a cinco años de la agencia pide un incremento del 50% en la producción acuícola marina hacia 2020, por lo que es vital expandirse a aguas federales. Las congestionadas costas, con sus embarcaciones recreativas y sus rutas de embarque limitan el crecimiento en aguas estatales.

Los detractores temen que esas medidas abran la puerta a las enormes granjas acuícolas como las de otros países, que han contaminado las aguas por la acumulación de heces fecales y el escape de peces de crianza que pueden afectar a la población silvestre.

Los defensores de la medida aseguran que el público en general no está consciente que la acuicultura puede ser sustentable y puede ayudar a evitar la sobrepesca.

“La gente está asustada”, dijo Hunter Lenihan, un ecólogo marino de la Universidad de California en Santa Barbara. “Uno ve algunas bahías de China y se ve espantoso. Destruyeron un paisaje marino con contaminación. Esa es la versión de muchas personas de cómo se ve la acuicultura”.

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