Eduardo Garrigues, apasionado de las tribus indias de Estados Unidos

* El diplomático español presentó nueva novela histórica con reminiscencias coloniales

Por Juan Carlos Castellanos C.

México, 25 Sep (Notimex).- Cuando el escritor y diplomático español Eduardo Garrigues fue nombrado cónsul de España en Los Angeles, California, fijó su segunda residencia cerca del pueblo indio de Nambé, al norte de Santa Fe, e intensificó su contacto con las tribus Indias del Sudoeste, que lo llevó a convertirse en un apasionado del tema.

De esas tribus abrevó muchas historias, leyendas y se nutrió de la tradición oral de la región, y con esos relatos, dio forma a su más reciente libro, “Las cortes de los naufragios”, que anoche presentó en el Centro Cultural de España en México (CCEMX), con los comentarios, preguntas y críticas de su colega, la mexicana Margo Glantz.

En 1992, mientras arreciaba la polémica sobre las consecuencias del Descubrimiento-Encuentro entre Dos Mundos, Garrigues propició un diálogo directo con los principales representantes de las naciones Indias del Sudoeste, es decir, Navajo, Pueblo, Apache, Zuñi, Papago, Yaqui y Hopi, quienes asistieron a un seminario de análisis y reflexión.

Así lo explicó a Notimex el mismo autor poco antes del acto de presentación de su obra, al tiempo que destacó que en ese seminario se analizó, debatió y reflexionó en torno a la presencia española entre las naciones indias del Sudoeste de Estados Unidos y ese es un tema que desde entonces se metió a vivir en la mente y corazón de Garrigues.

Al profundizar en el legado espiritual y material que tanto México como España dejaron en esos vastos territorios, el entrevistado encontró una muy rara edición del informe que presentó Pedro Pino, diputado de Nuevo México, a las Cortes de Cádiz en el año 1812, texto de capital interés que es la génesis del libro que actualmente promueve en este país.

La ficción de 344 páginas narra el final de la Colonia y la gestación de la Independencia de México desde la mirada de Juan de los Reyes Baca y Pino, indio navajo adoptado por don Pedro Bautista y Pino, quien cuenta su visión del ocaso de la Colonia y la alborada de la Independencia de México, con una imaginería mestiza y divertida, casi ingenua.

Cuando don Pedro fue invitado a ser diputado de las Cortes de Cádiz y contrarrestar los movimientos revolucionarios que preocupaban a los españoles, se llevó con él a Juan. En su viaje a Cádiz también los acompañaron Bartolomé, escribano y maestro de Juan, e Hilario Padilla, indio navajo e iniciador del joven en las leyendas y sortilegios indígenas.

Debido a las vicisitudes que transcurrieron en el camino, Juan acabó poniendo en duda la visión conservadora del entorno de su abuelo, pero también llegó a desmitificar todas las figuras de los héroes revolucionarios, cuando los hechos evidenciaron todos sus métodos violentos y sus intereses personales. Esta es una historia novelada, o una novela histórica.

Fray Servando Teresa de Mier, el cura Don Miguel Hidalgo y Costilla, Juan López de Cancelada, Xavier Mina y el general Ignacio Allende son algunos nombres que aparecen en esta novela donde los muertos hablan desde el fondo del mar, sin prejuicio alguno y sin mayores preocupaciones, mientras que los vivos entablan esta batalla por la libertad.

Después de ganar en 1961 el Premio del Café Gijón, Eduardo Garrigues estudió Derecho y se hizo “diplomático español para poder recorrer el mundo y tener una inspiración enriquecida con nuevas experiencias”.

Su primer puesto africano en Kenia le inspiró para “Lluvias de hierba” y cuando luego fue embajador en Namibia, “La dama de Duwisib”, señaló.

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