Las conversaciones sobre Siria dividen a Europa y EEUU

NACIONES UNIDAS (AP) — ¿Nueve naciones o cinco? En sus discursos de este año ante la asamblea de jefes de gobierno de Naciones Unidas, las grandes potencias han aumentado sus peticiones de que se celebren negociaciones multilaterales para poner fin a la guerra en Siria. Pero Europa y Estados Unidos tienen diferencias de opinión sobre quién debe sentarse a la mesa.

Los europeos señalan al éxito de las conversaciones nucleares con Irán y proponen un formato similar, con ampliaciones señaladas.

En ese proceso, Irán negoció con Estados Unidos, Rusia, China, Gran Bretaña, Francia y Alemania para alcanzar su acuerdo del 14 de julio. El ministro galo de Exteriores, Laurent Fabius, pidió el miércoles un arreglo similar “ampliado con socios regionales”.

Por su parte, los estadounidenses quieren un grupo más pequeño, sin los europeos.

Fabius no ofreció detalles sobre su propuesta. Pero dos diplomáticos dijeron a Associated Pres que en esta ocasión, en lugar de hacer peticiones a Irán como en las conversaciones nucleares, los europeos quieren trabajar con Teherán, los estadounidenses, Rusia y China para encontrar la fórmula de la paz. Arabia Saudí y Turquía también participarían.

Los diplomáticos —uno europeo y otro de Oriente Medio— dijo que Gran Bretaña, Francia y Alemania hablaron esta semana a favor de ese formato en los encuentros aparte de la cumbre de Naciones Unidas durante la primera reunión de Irán y las seis potencias desde que se alcanzó el acuerdo nuclear.

Pero los estadounidenses quieren que cualquier negociación se limite a ellos, los rusos, Irán, Arabia Saudí y Turquía.

Washington aceptó ser una de las seis naciones en las negociaciones nucleares porque llegó tarde. Tras rechazar en un principio sentarse en la misma mesa que Teherán, Estados Unidos se sumó al proceso en 2006, tres años después de que Gran Bretaña, Francia y Alemania contactaran con la república islámica.

Un miembro del gobierno estadounidense familiarizado con el asunto señaló que en el caso de Siria, el secretario de Estado, John Kerry, prefiere centrarse en los países afectados directamente.

Él y los diplomáticos solicitaron anonimato porque no estaban autorizados a hablar sobre la disputa.

Rusia, por su parte, parece estar a favor de mantener a otros informados aunque no se sienten en la mesa de negociaciones.

El ministro ruso de Exteriores, Sergey Lavrov, dijo al Consejo de Seguridad esta semana que Moscú quiere “canales de comunicación continuados para asegurar una lucha efectiva al máximo”. El canciller mencionó a Irán, Rusia, Arabia Saudí, Turquía, Egipto, Jordania, Catar, Estados Unidos y China como naciones con un papel en las conversaciones.

Kerry se reunió el miércoles con Lavrov por tercera ocasión en un aparte de la cumbre de la ONU, y el jueves se esperaba otra sesión sobre Siria con un pequeño grupo de trabajo de ministros de Exteriores.

Los dos dijeron a la prensa que habían intercambiado ideas sobre posibles opciones futuras para una transición política en el país, y que las examinarían en los próximos días.

Aun así, el lanzamiento de ataques aéreos rusos en Siria el miércoles pareció dejar en el limbo las serias negociaciones sobre quién debería participar, ya que Washington y sus aliados expresaron su preocupación de que Moscú pudiera haber atacado a fuerzas opuestas al presidente sirio, Bashar el Asad, en lugar de a extremistas islámicos.

Incluso si se resolviera ese asunto, la rivalidad entre Irán y Arabia Saudí complica aún más la cuestión. Los diplomáticos señalaron que Riad es reacia a compartir cualquier mesa de negociación en el mismo lado que Teherán.

Los saudíes quieren derrocar al presidente sirio, Bashar el Asad, mientras que los iraníes le apoyan. La rivalidad tradicional entre ambas potencias ha crecido desde la semana pasada, cuando la chií Irán acusó a la suní Arabia Saudí de negligencia por las muertes masivas de peregrinos en una estampida cerca de La Meca.

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