¿Estás harto de hacer siempre lo mismo en Halloween? ¿Ya estás aburrido de las mismas películas “de miedo”? Pues tenemos la mejor opción: empaca tu maleta y visita estos 5 pueblos fantasma en México.
Si estás listo para vivir una hermosa y misteriosa experiencia en armonía con la naturaleza, los espíritus, las casas abandonadas y el silencio absoluto, te recomendamos que vistes estos sitios.
Dese sitios en medio del desierto, entre minas, muy cerca de las playas o en el bosque, estos pueblos fantasma te van a hechizar con su mística fuerza de atracción. ¿Te atreverías a visitarlos?
Estos son los 5 pueblos fantasma de México más terroríficos
Misnebalam, Yucatán
Pareciera que en un lugar tan cerca de la playa no puede haber lugares embrujados, o al menos eso se piensa de este sitio que se quedó sin habitantes desde 2003.
Algunos aseguran que se aparece un niño y un monje, ambos se han dedicado a aterrorizar a la población son sus ruidos extraños.
Guerrero Viejo, Tamaulipas
Este sitio se encuentra justo entre la frontera de Texa y Tamaulipas, durante la década de los 50 el sitio se quedó totalmente sumergido en el agua, por lo que lo único que hay es destrucción.
Algunos aseguran que se perciben fuerzas muy imponentes en el sitio, y el lugar referente es la iglesia de Nuestra Señora del Refugio.
San Juan Parangaricutiro, Michoacán
Este sitio seguro lo has visto en más de una postal de Instagram, y es obvio considerando que el sitio está cubierto de lo que alguna vez fue lava. El Paricutín hizo una erupción tan imponente que dejó sepultado el pueblo.
Mineral de Pozos, Guanajuato
Un pueblo minero por excelencia al que sus pobladores abandonaron cuando dejó de haber material de extracción, algunos aseguran que el sitio se inundó y aún había trabajadores dentro.
Los más aventureros aseguran que sí hay espíritus que rondan la zona.
Cerro de San Pedro, San Luis Potosí
¿Te atreverías a entrar a una mina abandonada con un niño huichichil a cambio de tres naranjas de oro? Esa es la de las leyendas que rondan en el lugar en el que a pesar de lo inhóspito aún hay personas que viven cerca de las construcciones derruidas.