Una mujer ha convertido a Mongolia en buen lugar para morir

La doctora ha desarrollado un programa para los pacientes en fase terminal.

Odontuya Davaasuren es el nombre de la mujer originaria de Mongolia que ha llevado hasta su país un nuevo sistema para el cuidado de las personas que, gracias a sus enfermedades, se encuentran en fase terminal.
Las autoridades de sanidad del país tuvieron dudas sobre este proceso al no querer destinar presupuesto a un programa que cuidaba a las personas que ya no tenían posibilidad de vida, y preferían destinarlo  las personas que aún cuentan con posibilidades de salir adelante de las enfermedades.
Odontuya estudió para ser médico en Rusia, pero a lo largo de su vida ha estado viviendo con el dolor de perder a diferentes seres queridos en las cercanías, siendo su madre la más cercana, la cual falleció a causa de un cáncer.
El dolor y sufrimiento que experimentó su madre fue parte de la motivación para buscar una mejor manera de tratar y atender a las personas que se encuentran en esta fase en donde ya no hay nada qué hacer.
En cuanto a la imposibilidad de realizar alguna acción para poder ayudar a las personas moribundas, la hizo sentir como “una mala doctora”.
En el trabajo de Davaasuren, la misma ha visto a menores de edad sufrir a causa de la leucemia, los cuales estaban sufriendo dolores y eso les cortaba la posibilidad de disfrutar de su vida.
Los cuidados paliativos son los que ha puesto como nuevo sistema para personas en fase terminal, y aunque en un principio cayeron en oídos sordos, más adelante fueron aceptados para ser tomados en cuenta como modernos y hasta poder ayudara las personas a tener unos últimos momentos placenteros.
Quince años después de las propuestas originales de Davaasuren, cada uno de los hospitales en Mongolia cuenta con un servicio paliativo para poder cuidar a las personas en fase terminal.
Este mismo se basa en un servicio de analgésicos y apoyo psicológico para tratar de ayudar a sobre llevar a la persona que se encuentra en esta precaria situación a salir adelante, por lo menos en esos últimos momentos.
Mongolia es uno de los países que más casos de cáncer de hígado sufren en el mundo, por lo cual este tipo de alternativas fueron recibidas con los brazos abiertos.

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