Argentina descarta “vencedores y vencidos” en expropiación de YPF

El ministro de Economía, Axel Kicillof, precisó los detalles de la expropiación al defender en el Senado el convenio que signaron ambas partes luego de una larga y tensa negociación en la que fue fundamental la intervención del gobierno mexicano para que se lograra una resolución.

“El acuerdo que queremos defender es un acuerdo amigable, amistoso, de mutua voluntad entre ambas partes y no hubo vencedores ni vencidos”, dijo frente a los legisladores que deberán aprobar o rechazar el documento.

A pesar de que el acuerdo es más que favorable para Argentina, dijo, “no necesariamente esto significa que los hemos vencido o que hemos ganado con nuestro criterio”.

Lo que sí se logró, agregó, fue “cerrar ese círculo que se inició cuando la presidenta Cristina Fernández de Kirchner decidió mandar la ley e intervenir la compañía, y lo hemos cerrado de la mejor manera posible”.

El mes pasado la empresa Repsol aceptó un pago de cinco mil millones de dólares, a cubrir en bonos hasta el año 2033, por la expropiación de YPF decretada a principios de 2012.

La renacionalización de la empresa petrolera provocó un largo conflicto bilateral entre Argentina y España, países que reconocieron y agradecieron la intervención de México para lograr un convenio que ahora debe ser aprobado por el Congreso argentino.

Al detallar los alcances del documento, el ministro de Economía celebró que se haya logrado un acuerdo “pacíficamente, con indemnización acordada y desistimiento a toda causa judicial. Dejamos una compañía limpia y trabajando”.

Por otra parte, el director de YPF, Miguel Galuccio, advirtió que la expropiación coloca en condiciones inmejorables a Argentina para que aproveche sus reservas energéticas y recupere la independencia en el sector.

“La expropiación representa un final feliz, significa la recuperación de una herramienta elemental para el futuro energético de todos los argentinos”, afirmó.

Galuccio presumió que, desde que el gobierno argentino volvió a hacerse cargo de YPF, la empresa aumentó sus inversiones en un 130 por ciento y sus utilidades, en un 45 por ciento.

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