“Estamos muy acostumbrados a que en este país haya racismo con los pobres, se habla de los ‘negros’, que reflejan a los pobres, en un país que es tan pluralista con las razas”, lamentó.
El funcionario explicó que esta posición se debe a un “pensamiento aristocrático”, que tiene “un fuerte desprecio por la gente que no tuvo esas oportunidades”. Por eso, dijo, “a alguna gente le da bronca que los trabajadores ganen más, se vayan de vacaciones y tengan derechos”.
Consideró también que, “muchas veces se pierde la importancia de esto por el debate ideologizado de la derecha que cree que cuando el Estado genera una prestación social, genera gasto”.
Cuando se inyecta el dinero directamente en estos sectores de bajos recursos, precisó, buena parte del ingreso se dedica al consumo, lo que genera ingresos en los comerciantes y, por ende, trabajo. “Lo que parece ser una ayuda focalizada, al tratarse de un programa universal funciona como un resorte que empuja a la economía en su conjunto”, señaló.
Kicillo afirmó que Argentina avanzó mucho desde la crisis de 2001 “y por más que traten en el marco de una campaña electoral despiadada, generar desánimo, sabemos cómo ha mejorado la condición social”. Por ejemplo, presumió, aquí “se ha hecho en 10 años lo que Europa dice que le va a llevar un siglo como es bajar la tasa de desempleo del 25 al 7.0 por ciento”, dijo.