Entre los aspectos negativos más conocidos del café se encuentra su capacidad de manchar el esmalte de los dientes. Este no es el caso, el café transparente no mancha los dientes. Por fin, una sustancia que no perjudica la dentadura.
Clear Coffe, según sus inventores, mantiene el sabor real del café, la única diferencia es que es incoloro y parece agua. Este café transparente por ahora sólo se vende en Reino Unido y Eslovaquia y no se compra en polvo, sino que ya viene embotellado en un recipiente de 200 mililitros.
Tras varios estudios se ha conseguido crear un café transparente que no vuelve amarillento el esmalte de los dientes. En cuanto a las características de esta bebida destaca que está elaborada con granos de café arábica de alta calidad y agua pura. Además, la compañía expresa que no tiene conservantes, saborizantes, estabilizantes, azúcar o cualquier otro edulcorante.
La cafeína tiene múltiples beneficios:
- Nos mantiene alerta. La cafeína es el componente más importante del café, y el psicoactivo más consumido del mundo.
- Nos ayuda a quemar grasas. La única mala noticia, es que estos efectos positivos de la cafeína van disminuyendo en los grandes bebedores.
- Mejora nuestro rendimiento físico. La cafeína aumenta los niveles de adrenalina. Esta hormona prepara a nuestro cuerpo para un esfuerzo físico excepcional
- Contiene nutrientes esenciales. Una taza de café contiene riboflavina (vitamina B2), ácido pantoténico (vitamina B5), manganeso, potasio, magnesio y niacina.
- Disminuye el riesgo de padecer diabetes. La gente que consume café tiene un riesgo entre un 23 y un 50 por ciento menor de padecer diabetes.
- Disminuye la posibilidad de sufrir enfermedades neurodegenerativas.
- Protege el hígado de padecer cirrosis.
- Combate la depresión. Las mujeres que consumieron cuatro o más tazas de café al día desarrollaron la depresión en un 20 por ciento menos.
- Reduce el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer. Cáncer de colon y cáncer de mama.
- Puede reducir el riesgo de sufrir un infarto. Beneficios que solo desaparecerían si se consumen más de cuatro o cinco cafés al día.