Pedro Infante vive en el corazón de los mexicanos

A 60 años de su partida el ídolo de México aún se mantiene vivo en nuestros corazones

Pedro Infante nació en Mazatlán, Sinaloa el 18 de noviembre de 1917 y falleció un 15 de abril de 1957 en un accidente aéreo, viajaba como copiloto en un B-24 Liberator, que despegó de Mérida Yucatán, rumbo a la ciudad de México y se desplomó poco después de despegar.

Esa mañana cuando se escuchó por la radio la frase “Pedo Infante ha muerto” toda la nación quedó paralizada y millones de mexicanos lloraron su muerte. El sepelio que duró dos días estuvo lleno de grandes artistas y fanáticos que lo convirtieron en un ídolo. A partir de ese día comenzó a vivir en nuestros corazones.

Es el símbolo de la Época de Oro del Cine Mexicano, nuestro referente en la cultura mexicana que representa al ranchero, obrero, empresario, al seductor amante de las mujeres y el tequila (aunque se sabe bien que no tomaba) y a la música mexicana.

Pedro era “el hombre talento” lo mismo hacia una película musical cantando rancheras como boleros, interpretaba cualquier personaje, rico, pobre, empresario, maestro, sacerdote o hasta un indígena sin importar los cambios físicos que tuviera que hacerse. Daba igual si la película era un drama o una comedia mientras él la protagonizara era garantía de éxito taquillero.

No siempre fue protagonista en las películas, en sus inicios en el cine actuó en papeles secundarios, pero su naturalidad y simpatía lo fueron colocando como el charro galán que fue conquistando al público mexicano.

Cuando conoció al director Ismael Rodríguez se abrió la puerta al estrellado y se convirtieron en la mancuerna de los huevos de oro, todo era un éxito.

Protagonizó innumerables películas pero en 1956 con Tizoc se llevó el Oso de Oro en el Festival de Berlín y un Globo de Oro como Mejor Película Extranjera.

Se sabe que era un mujeriego sin embargo solo estuvo casado una vez con Maria Luisa León, después estuvo relacionado con Lupita Torrentera, con quien tuvo dos hijos, Pedro y Lupita y para 1939 se involucró con quien se dice era el amor de su vida Irma Dorantes y con quien tuvo a su hija Irma.

Han pasado 60 años desde su fallecimiento y el pueblo mexicano lo ha mantenido en su memoria y al parecer así será siempre.
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