Los papás, maestros, abuelos y hasta los desconocidos se escandalizan cuando escuchan a otra persona decir groserías, pero hay algo positivo.
De acuerdo con un estudio conducido por el psicólogo Timothy Jay de Massachussets College hay un factor determinante en las palabras altisonantes.
Esta investigación encontró que las groserías resultan consideradas como “prohibidas”, lo que al mismo tiempo las hace expresiones poderosas.
Detrás de las expresiones de este tipo, se encontró un “mejor manejo del lenguaje” y contenido expresivo general más elocuente.
Te podría interesar: Trastornos neurológicos podrían ser tratados con videojuegos
Detrás de las groserías se esconde una positiva actitud, aseguran especialistas
En colaboración con la psicóloga Kristi Jahnschewitz, esta investigación dio a conocer que las personas que dicen groserías son “mejores amigos”.
Los especialistas determinaron que las personas que usan estas expresiones son más sinceras, honestas y expresivas.
Incluso esta investigación escaló al grado de asegurar que los presuntos culpables que dicen muchas palabras altisonantes podrían resultar inocentes.
“Las personas que usan palabras tabú entienden su contenido expresivo general; así como las distinciones matizadas que deben dibujarse para usar los insultos de manera apropiada”, aseguran en el estudio.