¿Qué hacer ante una crisis de agresividad en niños?

Este es uno de los temores más grandes de las madres, pero no te preocupes, existe una solución.

¿Qué hacer ante una crisis de agresividad en niños?, este es uno de los temores más grandes que puede llegar a enfrentar cualquier madre, pero no te preocupes que esto tiene solución.

Debes tener en cuenta que para erradicar de a poco los episodios de violencia en los niños entre 6 y 12 años debes ser bastante pacientes.

Los niños expresan en otro ambiente o de manera diferente la situación que reprimen. Por ejemplo, si la situación ocurre en casa es muy frecuente que lo expresen en la escuela. Si esto pasa en la escuela, se verá reflejado en casa.

Estos consejos te pueden servir para ir combatiendo la agresividad.

Aislarlo de la situación detonante

Cuando el niño se encuentre en una situación de crisis, lo primero que debemos hacer es sacarlo de ese ambiente detonante y llevarlo a un sitio tranquilo. Así podremos proporcionar herramientas para la calma del pequeño. Aunque si el niño no sale de su agresividad no debes alarmarte, esto es algo normal, lo que se busca es empezar al niño a “autorregularse”.

Toma al niño de los brazos o abrázalo cuidando que ninguno se lastime.

El contacto físico puede ayudar demasiado al niño para poder calmarse. La idea es tomarlo por los brazos y pedirle que se siente o acueste, siempre y cuando no lo tomes demasiado fuerte para no lastimarlo.

Establece límites con el niño.

La agresividad con los niños también puede derivar a la falta de límites en el hogar. Es importante que los establezcas de manera clara, concisas  y colocadas a la vista en el hogar, principalmente del niño.

Hablar con el niño sobre lo ocurrido.

Una vez pasado el episodio, es importante que te sientes a tener una conversación con él sobre lo ocurrido. Resaltando el daño causado a la habitación, casa o persona específica, dando lugar al sentimiento de culpa que pueda buscar la manera de reparar los daños.

No justificar la conducta.

Podemos llegar a entender y comprender su frustración pero no podemos validarla. Debemos tener cuidado y no validar este comportamiento, sino este mismo tendrá a repetirse. Lo mejor aquí es dejar en claro que no es válido ese comportamiento y proveer una solución.

 

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